Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

sábado, 11 de enero de 2014

Luces en las tinieblas (engaño en dos partes)


Cuando se navega en la más absoluta oscuridad cualquier atisbo de claridad supone un notable alivio. En este país el tenebroso panorama comenzó recortando salarios y derechos a los funcionarios y trabajadores para continuar depauperando y desmontando cuantos servicios públicos ofertaba el estado a los ciudadanos con el fin de satisfacer sus necesidades más esenciales, entre ellas sanidad y educación. Paralelamente nuestro país era rescatado con cerca de 46.000 millones de euros para tapar los gigantescos agujeros que habían provocado en las cuentas de resultados de algunas entidades bancarias los excesos, la especulación, la negligencia y las grandes prebendas de sus gestores. Las entidades destinatarias del rescate coincidieron con antiguas cajas de ahorro, existentes prácticamente en todas las provincias españolas y que, democráticamente durante los primeros años de gobierno de Felipe González, abrieron sus consejos de administración al control político, social y empresarial, que en muchos casos les llevaron, en mayor o menor medida, a la ruina. La mitad de la millonada, prestada por Europa y que pagaremos entre todos con los impuestos que antes se destinaban a financiar el estado de bienestar que nos están arrebatando, se destinó al agujeró sin fondo en que se convirtió Caja Madrid y el engendro de Bankia tras la pésima gestión de los cargos políticos que se sucedieron al frente, entre ellos Miguel Blesa y Rodrigo Rato. El buque insignia de la depravada degeneración de las cajas de ahorro españolas, Bankia, también lo fue de los excesos y el amiguismo, y así esa situación generalizada se fundió con la falsa sensación de progreso y bonanza que mezclada con la burbuja inmobiliaria provocó una desproporcionada concesión de créditos y de ruinosas inversiones, con la posterior falta de liquidez. Fue entonces cuando para dotar de efectivo a sus vacías arcas, y ante la imposibilidad de salir a bolsa para financiarse, decidió poner a disposición de sus clientes las famosas “preferentes” y otra deuda subordinada cuya peculiaridad era que sus propietarios eran los últimos en cobrar en caso de quiebra. Sólo en Galicia, entre Caixa Galicia y CaixaNova, más de 43.000 personas compraron esos productos que, entre una cosa y otra, en España pueden afectar a más de medio millón de engañados. Entre las entidades que conformaban los conglomerados de las actuales Novagalicia, Catalunya Caixa y Bankia pusieron en el mercado más de 4.500 millones de euros de preferentes, con la particularidad de que se colocaron entre clientes ahorradores, sin el perfil inversor adecuado, y en muchos casos fraudulentamente, y en otros  a personas incapacitadas e incluso falsificando sus firmas.
Ahora entidades y afectados pretenden llegar a acuerdos a través de arbitrajes, y mientras los casos que han llegado a los tribunales dictan sentencias favorables a los clientes condenando a las entidades financieras por su miserable comportamiento, los responsables que las dirigían siguen disfrutando de sus millonarios retiros.
En el paradigmático ejemplo concretado en la evolución de Caja Madrid a Bankia, Miguel Blesa, el desastroso gestor de la primera hasta promocionar las preferentes, sigue en la calle, aunque imputado, como otros tantos. Muchos otros, como Rodrigo Rato, autor de que, agotado el timo de las preferentes, se pasara al de las acciones al engendrar Bankia y ampliar su capital en unos 3.000 millones de euros, un 60 por ciento en manos de particulares, que prácticamente se redujeron a nada más tarde, al conocerse la fraudulenta realidad de todo el tinglado, siguen disfrutando de sus doradas ausencias y, en su caso, cobrando jugosas gratificaciones en Telefónica. Todos ellos han sido culpables de la desastrosa situación económica que pagamos los ciudadanos a través de precariedad y perdida de derechos, y continúan, orgullosos, disfrutando ostentosamente de los botines robados y libres de polvo y paja.
En medio de semejante panorama, los gobernantes que no hacen nada por evitarlo, y más bien al contrario lo propician y encubren, han recibido desde hace un par de meses la consigna de hablar únicamente de lo bien que va la economía, para ocultar la perdida de derechos sanitarios, educativos, laborales, salariales,… y de libertades de todo tipo, hasta retornarnos al oscuro medievo.
El 17 de noviembre del pasado año Mariano Rajoy afirmaba ante las juventudes populares y todo aquel que le quiso escuchar: “"Ya se ve que hemos tomado el buen camino. Ya se ve la luz al final del túnel y se ha reducido el paro por primera vez en muchos años", para acto seguido ratificar que continuaría con sus exitosas reformas, en muchos casos de lamentables resultados.



Segunda parte
Prácticamente un mes después, el 19 de diciembre, la subasta que regula el precio de la electricidad decidió que la “factura de la luz” subiría en enero de 2014, aún en pleno túnel, a pesar de los optimistas,  un 11,5 por ciento. Esas eran todas las luces que veían los habitantes de este país, y aunque posteriormente las intervenciones gubernamentales redujeron a poco más del dos por ciento la subida que experimentaría el recibo de la luz con el comienzo del año. La realidad eléctrica y de los enchufes que iluminan este país es que, en lo referente a la factura energética, lo que no ha subido ahora subirá más tarde, y en cuanto a las empresas a las que les pagamos esos servicios, son de las más rentables del planeta.
En 2012 Iberdrola y Endesa eran la segunda y la tercera eléctricas que más ganaban de Europa sólo por detrás de la francesa EDF que ganó 3.557 millones  de euros frente a los 2.868 y 2.771 millones de sus rivales hispanas. Gas Natural-Fenosa era la décima con 1.657 millones de beneficios. Todas ellas habían escalado en el ranking en estos tiempos de crisis en los que el consumo eléctrico en nuestro país había descendido del orden del cinco por ciento anual, mientras que el coste de la factura se incrementaba cada año casi el doble.
Las eléctricas españolas aseguran obtener cerca del setenta por ciento de sus ingresos fuera de nuestras fronteras, pero las facturas que pagamos y sus indescifrables entramados aseguran, hasta blindar, beneficios a muchos caraduras. A saber:
Una treintena de políticos españoles han sido o son costosos consejeros de eléctricas españolas o monopolios relacionados, como Red Eléctrica, entre ellos Aznar, González, Salgado, Boyer, Solbes,… las conexiones se multiplican y se acercan al centenar si se abre el abanico a otras empresas energéticas, como las petroleras, o sectores como la construcción o la telefonía. Así pues una parte de nuestras facturas lucra a antiguos políticos.
La de la luz lo hace y además financia otros aspectos, siendo el coste real de la producción energética apenas del 40 por ciento del total, y otro 30 se iría en impuestos. Los detractores de las energías renovables dicen que la prima sobre este tipo de producción es la que encarece nuestra factura, aproximándose al veinte por ciento el coste medioambiental. Esto es así, pero no es el único motivo, ya que la cogeneración, que conlleva la quema de gas natural, también recibe este tipo de primas.
En nuestro retrógrada factura, además de tecnologías renovables, también se subvenciona la producción de carbón nacional, que da trabajo a mineros, pero también beneficios a sus propietarios privados. Otros de los beneficiados por más del diez por ciento de nuestros pagos son las grandes empresas que aún ahora que la sobreproducción energética desborda la demanda reducida drásticamente por la crisis continúan cobrando por la llamada interrumpibilidad, que en caso de necesidad para la red volcaría en esta toda su potencia. Es decir, cobran por nada unos 200 millones de euros al año. Otros 800 millones de euros priman, especialmente a las centrales de ciclo combinado capaces de generar a voluntad grandes cantidades de energía en un breve periodo de tiempo con el fin de abastecer a una presunta demanda de la red. Más regalos totalmente gratuitos, y más cuando en los últimos años se ha cuadriplicado su montante, y puesto que la actual capacidad productiva española supera los 100 gigawatios, doblando a la máxima demanda jamás alcanzada en España.
Nuestros legisladores no dejan de repartir dinero y de financiar sus futuras poltronas a costa de nuestras facturas.
Las renovables primadas produjeron en 2013 el 28 por ciento de la energía consumida en España. Sin duda el potencial del autoabastecimiento que encierran mermaría los beneficios de las grandes eléctricas y las poltronas de sus consejos de administración de ahí que nuestros políticos pretendan penalizar e impedir su proliferación y amparen fraudes como los que encierra la factura energética.
Cuando a finales del invierno de 2012 el revelador Jordi Évole entrevistó a Felipe González, el sobrado ex presidente, matizó que el cargo no le procuró una jubilación, sino que los más de 4.000 euros mensuales que reciben quienes han ocupado la presidencia de este país se deben a una medida propuesta por él mismo para honrar la figura de quien ostentó tan elevado privilegio a través de financiarle el pago de personal y oficina a su servicio. En lo referente a su lucrativo cargo como consejero de  Gas Natural-Fenosa, sentenció que lo ejercía con el mismo sentido de estado que todas sus actuaciones, lo que sin duda se refleja en la transparente factura de la multinacional. Por cierto, recientemente ha manifestado que dejará el cargo porque es demasiado aburrido. Haber si cunde su ejemplo y de una vez por todas, todos cuantos inútiles influyen negativamente en nuestras vidas se aburren y lo dejan de hacer, y encima de cobrar por ello.

*Un exhaustivo y revelador reportaje sobre la factura de la luz:

*Una interesante iniciativa para defender nuestro derecho a la energía libre:

 http://www.somenergia.coop/es/


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