Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

lunes, 17 de julio de 2023

F. Ibañez, el héroe de las eternas carcajadas

El pasado sábado, quince de julio de dos mil veintitrés, millones de habitantes de este planeta recibimos la triste noticia de que el artífice de nuestras más prolongadas sonrisas, risas, carcajadas y hasta hilarantes lágrimas abandonó este plano existencial dejándonos huérfanos de su excelsa creatividad humorística, quizás en uno de los momentos donde era más necesaria para tratar de sobrevivir en la desgarradora, destructiva y distópica realidad plagada de mentiras que nos pretenden imponer. Francisco Ibáñez Talavera llegó al mundo en Barcelona el quince de marzo de mil novecientos treinta y seis, como obsequiando al mundo con una capacidad creativa impregnada con el sentido del humor suficiente para superar cuantas desgracias continuarían en los años siguientes, comenzando por una fraticida guerra civil española que serviría de ensayo para la Segunda Guerra Mundial y la sucesivas acciones destinadas a enfrentar a cuantos más seres humanos mejor para encaminarse a la imposición de un nuevo y único orden mundial del que la mayoría seremos esclavos. De padre alicantino y madre andaluza obtuvo la mezcla perfecta para convertirse en un magistral genio del humor que a través de sus caricaturas logró arrancar la sonrisas de millones de seguidores de diferentes países y en los distintos idiomas a los que fue traducida parte de su obra, en especial los inefables Mortadelo y Filemón que se editaron en una veintena de idiomas con diferentes nombres, pero casi siempre reflejando en ella con crítica y sorna la casposa realidad de la sociedad española. Formado en contabilidad y banca, afortunadamente su destreza con la pluma le procuró mayores ingresos que la aventura financiera, y sobre todo sus mayores satisfacciones, que por confesión propia eran arrancar la sonrisa de los niños que le miraban como un héroe cuando acudían a las ferias de los libros con alguno de sus ejemplares bajo el brazo para que se lo dedicará. Sí, para muchas generaciones de niños fue nuestro héroe, el que ideaba y plasmaba en sus personajes y viñetas las más descabelladas ocurrencias que arrancaban nuestras carcajadas. Mortadelo y Filemón, crecer Rue del Percebe, Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos o el Botones Sacarino fueron algunas de sus incombustibles creaciones con infinitos detalles en cada uno de sus viñetas para completar hilarantes historietas culminada por la largas aventuras temáticas en las que se sumergían los más desternillantes agentes secretos de la TIA eEn las misiones que la peculiar agencia les encomendaba.. El variado, cuidado y culto lenguaje con el que se expresaban sus guiones enriquecieron el lenguaje de varias generaciones frente a la soez e irreverente pobreza comunicativa con la que esta podrida sociedad consumista pretende nutrir a las nuevas, si bien también provocó en muchos incontables contiendas cuando olvidaban comidas y obligaciones abducidos por la lectura de sus historietas, o incluso ocupaban excesivamente la intimidad de los excusados llenandolos con sus carcajadas cómodamente sentados sobre la ya tibia porcelana de los inodoros mientras se deleitaban ojeando los tebeos que reposaban en los revisteros. Eternas carcajadas para nuestro desaparecido héroe.