Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

lunes, 17 de julio de 2023

F. Ibañez, el héroe de las eternas carcajadas

El pasado sábado, quince de julio de dos mil veintitrés, millones de habitantes de este planeta recibimos la triste noticia de que el artífice de nuestras más prolongadas sonrisas, risas, carcajadas y hasta hilarantes lágrimas abandonó este plano existencial dejándonos huérfanos de su excelsa creatividad humorística, quizás en uno de los momentos donde era más necesaria para tratar de sobrevivir en la desgarradora, destructiva y distópica realidad plagada de mentiras que nos pretenden imponer. Francisco Ibáñez Talavera llegó al mundo en Barcelona el quince de marzo de mil novecientos treinta y seis, como obsequiando al mundo con una capacidad creativa impregnada con el sentido del humor suficiente para superar cuantas desgracias continuarían en los años siguientes, comenzando por una fraticida guerra civil española que serviría de ensayo para la Segunda Guerra Mundial y la sucesivas acciones destinadas a enfrentar a cuantos más seres humanos mejor para encaminarse a la imposición de un nuevo y único orden mundial del que la mayoría seremos esclavos. De padre alicantino y madre andaluza obtuvo la mezcla perfecta para convertirse en un magistral genio del humor que a través de sus caricaturas logró arrancar la sonrisas de millones de seguidores de diferentes países y en los distintos idiomas a los que fue traducida parte de su obra, en especial los inefables Mortadelo y Filemón que se editaron en una veintena de idiomas con diferentes nombres, pero casi siempre reflejando en ella con crítica y sorna la casposa realidad de la sociedad española. Formado en contabilidad y banca, afortunadamente su destreza con la pluma le procuró mayores ingresos que la aventura financiera, y sobre todo sus mayores satisfacciones, que por confesión propia eran arrancar la sonrisa de los niños que le miraban como un héroe cuando acudían a las ferias de los libros con alguno de sus ejemplares bajo el brazo para que se lo dedicará. Sí, para muchas generaciones de niños fue nuestro héroe, el que ideaba y plasmaba en sus personajes y viñetas las más descabelladas ocurrencias que arrancaban nuestras carcajadas. Mortadelo y Filemón, crecer Rue del Percebe, Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos o el Botones Sacarino fueron algunas de sus incombustibles creaciones con infinitos detalles en cada uno de sus viñetas para completar hilarantes historietas culminada por la largas aventuras temáticas en las que se sumergían los más desternillantes agentes secretos de la TIA eEn las misiones que la peculiar agencia les encomendaba.. El variado, cuidado y culto lenguaje con el que se expresaban sus guiones enriquecieron el lenguaje de varias generaciones frente a la soez e irreverente pobreza comunicativa con la que esta podrida sociedad consumista pretende nutrir a las nuevas, si bien también provocó en muchos incontables contiendas cuando olvidaban comidas y obligaciones abducidos por la lectura de sus historietas, o incluso ocupaban excesivamente la intimidad de los excusados llenandolos con sus carcajadas cómodamente sentados sobre la ya tibia porcelana de los inodoros mientras se deleitaban ojeando los tebeos que reposaban en los revisteros. Eternas carcajadas para nuestro desaparecido héroe.

domingo, 8 de agosto de 2021

Por favor

Hace unos días, un youtuber al que sigo, porque coincido con él 

en muchas cosas y en otras me aporta un punto de vista interesante, 

 se quejaba amargamente de como su pareja le había dejado por la 

presión social ejercida sobre ella, por la su opinión y pensamientos 

publicados por él en toda esta plandemia. Bien poco le debe querer,  

pensé, pero luego trascendí a como nos está afectando a todos en cuanto

 a nuestras relaciones está guerra civil mundial provocada en la que en un

 bando están quienes creen en la oficialidad impuesta, y en el otro quiénes

 la ponemos en duda.  Quieras o no, tienes que escoger bando, porque

 quiénes quieren imponer la oficialidad se inventan todo tipo de 

descalificaciones contra sus detractores, o simplemente quiénes cuestionan

 sus medidas,  recomendaciones y afirmaciones sin tener en cuenta los 

razonamientos, pruebas y motivos que esgrimen. Únicamente las ignoran y 

les acusan de negacionistas, conspiranoicos y cualquier adjetivo malsonante

 qué oculte la necesidad de responder a las dudas o cuestiones planteadas,

 englobando a todos en el mismo saco para cuantos más atributos negativos

 acumulen mejor. 

Casi que hasta aquí todo me parecería hasta aceptable. Triste pero aceptable. 

Aceptable porque todo el mundo tiene derecho a tener sus propias opiniones 

y actuar en consecuencia. Triste porque hay un montón de gente inteligente y 

con capacidad de análisis que no genera sus propias opiniones, ni contrasta 

las informaciones oficiales sino que, hipnotizados por el sistema y sus medios 

de difusión y adiestramiento  ideológico y conductual, simplemente las acata, 

sin escuchar ni cuestionar nada más, porque el resto es negacionismo y 

conspiración. Es muy triste tener seres queridos voluntariamente en el otro 

bando de una guerra civil global provocada por el sistema precisamente 

para enfrentarnos y aniquilarnos, pero lo que ya es inaceptable es que traten 

de culpabilizarnos de su continuidad.

La presión política, social y mediática impulsada por el sistema desde todos 

los centros de poder y por todos los medios a su alcance quiere imponer la 

vacunación obligatoria o extenderla al mayor número de gente posible sin 

tener en cuenta ni derechos, ni libertades, ni razonamientos, ni demostraciones,

 ni evidencias,… La idealizada sostenibilidad es su objetivo, y para que el

 planeta sea sostenible según sus criterios se debe exterminar a la mayor 

parte de la población, aunque no te lo  digan directamente y lo escondan

 bajo dulcificaciones y sutilezas, y  la mal llamada vacuna,  que no es más 

que un experimento biológico,  le será de gran ayuda para lograr sus objetivos,

 por eso quieren imponerla a toda costa  y siembran por doquier la presión para

 lograrlo. 

Ya al principio de todo esto se vislumbraba que era un cambio de 

paradigma en busca del enemigo perfecto. El Nuevo Orden Mundial será 

único y globalizado. El poder de las naciones sé diluirá en un poder 

supranacional de la misma manera que las religiones perderán su poder

 ante una única nueva religión, con su nuevo dios y su nuevo demonio, 

con sus nuevos fanáticos y sus nuevos herejes…

Es obvio que todos los gobiernos del mundo,  o casi, sean del color que

 sean, actúan de un modo idéntico frente a la plandemia, y con ello no

 hacen más  que imponer la nueva religión,  cómo lo hacen los medios de 

difusión. 

El nuevo demonio llegó a la tierra disfrazado de coronavirus y se propaga 

cuando quieren a golpe de falsos datos qué controlan y manipulan a su antojo. 

El nuevo dios es su falsa ciencia encarnada en unas supuestas vacunas 

que nos salvarán del infierno de los coronavirus y sus variantes inventadas

 según necesidades. La propagación de esta nueva religión han sido tan 

rápida, bestial y profundamente instalada en las mentes de una  hipnotizada

 humanidad   que sus fanáticos seguidores son legión, y por primera vez en

 la historia han logrado una enfrentamiento total y completamente dual y 

maniqueista de absolutamente todos sus miembros. O conmigo o contra mí, 

 o eres convencido propagador de la salvadora ciencia con sus presuntas

 vacunas,  o te meten al saco del negacionismo conspiranoico, al que acusan 

de todo y acabarán  culpabilizando de todo.

En esta silenciosa y globalizada guerra civil,  quién más quién menos,

 y por variados motivos, ha tenido alguna baja de algún ser querido, 

unas dolorosamente irrecuperables con la muerte de por medio, y otras,

 como el youtuber, dolorosamente perdidas por las discrepancias sobre

 esta nueva religión, en la que se comulga con vacunas, que nos 

quieren imponer.

Me comentaba un amigo que un familiar le acusaba de insolidario

 por no quererse vacunar. Esa es una acusación  generalizada y difundida

 desde todos los estamentos de poder y medios de difusión, como lo es

 la de que los no vacunados ponen en riesgo a los vacunados y todo el 

éxito de exterminación del supuesto virus. 

Cómo herético negacionista condenado por los fanáticos fundamentalistas

 de esta nueva religión impuesta, les ruego a todos sus seguidores o 

conversos, que si aprecian un poquito a sus seres queridos o amigos que 

por cualquier motivo no quieran inocularse este experimento biológico 

mal llamado vacuna, antes de criticarles por ello o empujarles a la

 obligada inoculación tengan por favor en cuenta algunos datos que 

incluso la oficialidad admite porque son evidencias que no puede negar.

Los vacunados no están exentos de contraer la supuesta enfermedad,  

por mucho que en los medios de difusión se hable de inmunización,

inmunizados y términos similares qué invitan a creer que el suero

inyectado es capaz de evitar su contagio. Del mismo modo también pueden 

contagiamos la supuesta enfermedad a los demás.

Lo que si garantiza la vacuna según las estadísticas es que tengas muchas

 más posibilidades de ingresar en una UCI si estás vacunado,  y

lo que es peor aún multiplica tus posibilidades de ingresar 

definitivamente en el cementerio.

A quienes creen en la eficacia de la aplicación de las vacunas, 

y en esta religión impuesta, les pido por favor que antes de aceptar todos

los discursos oficiales sobre la peligrosidad de los no vacunados,  

comprueben y analicen por sí mismo los datos que todos ellos vomitan 

tan arteramente. En el caso de que sigan convencidos de que inyectar a 

todo el mundo una vacuna que no evita el contagio de la enfermedad ni 

su transmisión y que eleva notablemente el número de afectados y 

muertos por la misma es la solución a todos los problemas,   

la mayor aportación solidaria que les podemos hacer es donarles las 

dosis que nos correspondan para que tengan suficientes para ellos 

cuando llegue la encarecida recomendación de recibir la  enésima 

dosis salvadora del infecto  suero  asesino.

¡¡¡Todos somos la quinta columna¡¡¡


lunes, 2 de agosto de 2021

Imagina

En este mundo absorbido por las tecnologías y las pantallas es más que necesario poner en marcha de vez en cuando la imaginación, aquella que, cuando éramos niños, nos ayudaba a creer que nuestra vida, o cualquier momento puntual no demasiado deseado en ella, podía ser mejor, porque soñábamos como podía llegar a ser, nos imaginábamos fantasiosamente cómo construiriamos nuestra felicidad, sin grandilocuentes pretensiones, tal vez simplemente inventando la imaginería del siguiente juego que pondríamos en práctica. 

Después, la edad, el adiestramiento cultural, o tal vez la evolución tecnológica y técnica de los juguetes, nos fue acomodando a una realidad mucho más alejada de la imaginación, y cada vez quedaba menos espacio para ella porque todo nos venía dado, pero no sólo en los asuntos lúdicos, sino en temas más trascendentes, lo que resulta más peligroso. Comenzamos sustituyendo la imaginación para juegos y juguetes por la comodidad de comprar sustitutos tal vez más perfectos, bonitos y mejores, pero sin duda menos participativos en tu creatividad, parte esencial en tu formación como ser humano. 

 Del mismo modo esa comodidad qué arrinconó nuestra imaginación, hizo lo propio con nuestra capacidad de análisis y reflexión. ¿Para que vamos a crear juegos y juguetes si el sistema nos proporciona tantos como queremos con la simple comodidad de comprarlos?. ¿Para que vamos a analizar y reflexionar si el sistema nos proporciona tantas reflexiones y análisis como jamás seremos capaces de llegar a concluir por nosotros mismos solo con la simplicidad de elegir los que queremos hacer nuestro entre aquellos que tan amablemente nos proporcionan nuestros dispositivos móviles y medios de difusión, cuando no el propio sistema educativo, como no, siempre avaladas por expertos? 

Llegados a este punto de la historia creo que nos convendría abandonar por un instante el rutilante ritmo de vida que nos hemos impuesto, y os invito a qué utilicéis aquella asombrosa imaginación qué tan buenos momentos nos proporcionó cuando niños, o tal vez siempre, aunque no lo sepamos apreciar. También sería conveniente realizar algunos análisis y reflexiones, pero demos prioridad a la imaginación, pero no a la que de lugar a un mundo idílico como el que reflejaba John Lennon en su canción, si no justo lo contrario. 

Imagina que eres un guionista de moda en la afamada industria cinematográfica hollywoodiense y te piden elaborar un guión en el que unos desalmados quieren dominar y acabar con la humanidad, vamos como vienen haciendo desde hace siglos los eugenistas, y ahora lo pretenden hacer con el dulcificado término de desarrollo sostenible cuando solo se trata de acabar con la mitad de la población mundial, esta vez de una manera silenciosa, casi sin que se dé cuenta, y sin grandes guerras, ni destrucciones, pues se estropearían cosas que quieren apropiarse e incluso se podrían poner en riesgo sus propias vidas. 

Cierto es que durante los últimos años proliferan series y películas con esas temáticas pero ahora vamos a tratar de elaborar un guión qué incorpore ciertos acontecimientos, solo para darle más verosimilitud. La hoja de ruta, cómo les gusta decir en esta ingeniería social y lingüística con la que construyen nuestra realidad, debe incluir avances tecnológicos y de todo tipo, pues obviamente se trata de una obra de ciencia ficción. Adelante pues tu excelsa imaginación. Solo un par de datos por si pueden ayudarte a espolearla. 

La investigación genética permite la modificación celular a partir de fragmentos de ARN, mientras que los avances en el mundo de los nanomateriales reveló el descubrimiento del grafeno con una estructura estable en 2004, lo que proporcionaría la oportunidad de estudiar sus gigantescas posibilidades concediendo a los descubridores de estas, -entre otras ser 200 veces más fuerte que el acero, muy flexible, magnético, conductor, ligero,...- el Premio Nobel de Física en 2010. 

A partir de ahí todo es posible. Tú pon el guión, que el dinero ya hará el resto si deciden financiar tu película. 

Pongamos, cómo nos vienen advirtiendo desde hace mucho tiempo, qué un virus maligno amenaza con acabar con la humanidad con una pandemia descomunal y elevadamente contagiosa. Obviamente el planeta entero toma medidas para evitar la propagación de tan apocalíptico mal, coordinado por las autoridades sanitarias mundiales y acatado por la mayoría de gobiernos sin chistar y proclamando la prioritaria protección de las vidas de sus ciudadanos, esos por los que los políticos nos se han preocupado jamás, por lo que se proponen todo tipo de medidas para evitar contagios y todo el esfuerzo investigativo se dedica a buscar soluciones farmacológicas para encontrar su sanación. Ten en cuenta que tú eres el guionista, el Todopoderoso Dios qué puede escribir todo lo que va a suceder, al fin y al cabo es una película. 

Imagina que con tu omnisciente poder pones a investigar diferentes grupos de trabajo sobre las maravillas del grafeno, pero como hacen siempre, que cada grupo no conozca lo que hace el resto y solo los de más arriba conozcan todo el proyecto en su globalidad y las interconexiones que podría llegar a tener. Lo mismo haces con las capacidades y conocimientos de modificación celular a través de nanoparticulas de ARN. Luego a lo largo del tiempo vas dejando gotear diferentes bondades sobre el grafeno desveladas por las investigaciones, aunque sin revelar su alcance total, solo lo necesario, cómo hacen siempre. Con la tecnología de ARN haces lo propio, y además vas Insertando todo eso en la memoria colectiva a través de su normalización en series, películas, y todo tipo de información bombardeada por los medios de difusión, en lo que se conoce como programación predictiva, con la cual programan cómo será nuestra realidad a través de manipulaciones psicológicas, cómo explica maravillosamente la genial filologa, lingüista y escritora catalana Carme J. Huertas

Tenemos todos los datos pero solo hemos vendido las maravillosas aplicaciones de grafeno y ARN. Nos guardamos el resto. Ahora vamos con el virus que nos va a atacar, que forma parte de la gran mentira urdida desde los tiempos de Louis Pasteur, puesto que jamás se ha aislado uno de esos supuestos patógenos que dicen que causan las enfermedades, y más bien son exosomas, partículas que expulsan las células como consecuencia de una errónea reproducción celular provocada por algún agente externo tóxico. Es decir en la falsa teoría de los virus estos son unos supuestos bichitos, muy extraños eso sí por qué ni se alimentan, ni defecan, ni respiran, ni tienen modo de procrear, pero que te contagian la supuesta enfermedad y proliferan alegremente sin mayor esfuerzo, mientras que en la teoría de los exosomas, idénticos en tamaño, composición y comportamiento a los virus, estos son desechos celulares consecuencia de una errónea mitosis por cualquier motivo, es decir no son la causa de la enfermedad sino su consecuencia. 

Los múltiples estudios de los efectos de compuestos del grafeno en el cuerpo humano nos revelan que producen todos los síntomas con los que se describe el llamado covid-19. También el ARN mensajero puede replicar alguno de esos síntomas, pero mezclados ambos el cóctel puede ser explosivo. Ya tenemos inventado el destructivo virus, pues serán las consecuencias que provoquen el grafeno y el ARN. -Recuerda los exosomas son la consecuencia no la causa-, ahora solo falta extenderlo y crear el pánico. Con las bondades de todo tipo sobre el grafeno ha sido muy sencillo introducirlo en todo tipo de productos cotidianos que se venden en el mercado, así pues prolifera por doquier, con lo qué es muy facil su afectación al cuerpo humano, hecho que por cierto se multiplica exponencialmente si se excita a través de ondas electromagnéticas, como por ejemplo las qué se pueden modular a conveniencia con el 5g. 

Para poner las cosas más interesantes vamos preparando el terreno para la explosión de la pandemia introduciendo grafeno en las vacunas de la gripe previas al 2020, a la par de fumigalo con los demás elementos de la geoingeniería climática distribuidos desde hace años por aviones militares y comerciales. Ya tenemos todo el escenario planteado, y lo reforzamos a través de una serie de medidas recomendadas, protocolizadas e impuestas, y por supuesto incrustadas en nuestra mente. Creado el virus, es decir, los efectos del grafeno en combinación con determinadas ondas electromagnéticas ejecutables por el 5g y otras técnicas, ahora solo hay que expandirlo y crear el pánico adecuado. Pronto comienzan los contagios y los medios de difusión dan amplio eco de ello. La OMS, alarmada, y tomada por los altruistas millonarios. declara una pandemia, concepto que por cierto modificaron en 2009 para que fuera mucho más sencillo llegar a considerarse como tal, es decir no te exigían tan altos porcentajes de contagio y mortalidad. Los estados comienzan a adoptar medidas draconianas y a confinar a la gente a la espera de una vacuna salvadora, para la que se suelen necesitar lustros, pero que apenas se aprueban en unos meses porque todo estaba perfectamente planificado. 

Comienza la puesta en marcha de la farsa, que ya se había ensayado previamente. Sabemos dónde va a atacar el virus y a quién va a afectar especialmente. Sin duda será aquellos más afectados por el grafeno, especialmente los vacunados previamente con esa sustancia, y en aquellos lugares donde sea más relevante la exposición a radiaciones 5g. Todo funciona a la perfección. La programación predictiva anida en la mente global y los medios de difusión se encargan de sembrar el pánico en una población encerrada en sus pisos y casas, obligada a usar bozales-mascarillas y estigmatizada con rituales normalizadores y aglutinadores, cómo aplaudir a determinada hora o cantar, o humillantes y atemorizantes, cómo tomar la temperatura en la cabeza como si te apuntaran con un arma de fuego, o buscar muestras de tan contagioso y presente virus en lo más hondo de tu cavidad nasal y de forma dolorosa, o tantas otras barbaridades como se te ocurran, porque las han hecho todas. 

Después llegaron las vacunas salvadoras, sospechosamente rápido y casi a la vez en diferentes farmacéuticas. La trama está servida, el virus inventado y el silencioso exterminio de la humanidad en marcha. 

Sí, imaginativo lector, sí, nos estan exterminando, aunque te parezca un creativo ejercicio de imaginación. El grupo de investigadores que configura la quinta columna ha encargado un estudio cuyo informe preliminar delata la presencia de óxido de grafeno en el experimento biológico, mal llamado vacuna, de Pfizer. Las sospechas comenzaron por el magnetismo que presentaban algunos vacunados, y se ha confirmado la presencia del mismo producto en viales de otras farmacéuticas, lo que se ha corroborado en diferentes países del mundo. 

Sí, imaginativo lector, sí, nos están envenenando con derivados del grafeno que no solo nos inyectan, sino que nos los introducen por la nariz con los famosos test PCR, tan inútiles para detectar el presunto virus cómo eficaces para colocar el óxido de grafeno cerca de la barrera hematoencefálica. 

Sí, imaginativo lector, sí, nos intoxican por todos los medios a su alcance y el grafeno está presente en la geoingeniería fumigada por los aviones y prácticamente en todos y cada uno de los productos que nos rodean envueltos de alta tecnología con base en ese mágico material. El grafeno, sus efectos tóxicos en el cuerpo humano, son, junto a ondas electromagnéticas y ARN mensajero, el virus asesino de esta pandemia organizada. Ya tienes el guión de esta terrorífica película cuyo espeluznante y verdadero alcance encierra el control mental y de la voluntad del que no habla el multimillonario Elon Mask en su famoso y admirado Neuralink. Todo está relacionado y forma parte de la misma trama. 

Ahora quizás es el momento de analizar y reflexionar un poco, tan solo un poco. Hasta qué punto crees posible que haya por ahí contagiando un pequeño bicho que ni come, ni defeca, ni respira, ni se reproduce, pero que prolifera infinitamente, eso sí, limitando su presencia a determinadas horas y lugares. Al parecer sale más por la noche y acude más celebraciones familiares o de ocio, pues en hacinados transportes públicos o a trabajar no se le ocurre acudir. En el respetable parecer de que creas la existencia de ese virus, que nadie ha sido capaz de aislar, hasta qué punto crees posible qué una mascarilla vaya a evitar su contagio. ¿Crees que ese virus tan minúsculo que buscan en el fondo de tu nariz no va a atravesar cualquier obstáculo que sea capaz de cruzar el aire que respiras? 

Aún en el supuesto de que creas todo eso, simplemente analiza alguno de los datos con los que nos meten tanto miedo ver de los aterradores medios de difusión tan mentirosos como peligrosos. Solo cojamos de uno de los datos de la sarta de manipulación con la que nos psicotizan. Todos los medios escupen repetitivamente, día tras día, hora tras hora, programa tras programa, la incidencia del supuesta virus por cada 100.000 habitantes. Resulta que los indicadores han normalizado que un riesgo alto sea cuando superan los 150 casos, y un riesgo extremo cuando supera los 250, pero si analizar la escala es cada 100.000 habitantes. Para traducirlo a una cifra qué tal vez te pueda dar una mayor idea de la incidencia real, la equivalencia en porcentajes sería del 0,15 y del 0,25 respectivamente. Vamos que hemos paralizado al planeta y hundido la economía por un supuesto virus que en este país en su máximo apogeo afectó a 0,9 de cada 100 españoles. Simplemente comprueba a qué porcentaje de españoles afecta el cáncer o cualquier otra enfermedad grave y a cuántos afecta la pobreza. ¿De veras que justifica toda esta farsa? 

Sí, analítico y reflexivo lector, sí, estamos protagonizando en vivo y en directo la mayor masacre de la historia de la humanidad organizada por los poderes fácticos ocultos en la sombra y amparada por nuestros corruptos gobiernos, ineptos políticos y vendidos profesionales de todo tipo. 

Tal vez te parezca paranoico. Ojalá todo se arreglara decretando la locura del creciente número de humanos que pensamos así. 

 Más pronto que tarde la historia juzgará a los culpables de este masivo genocidio y aniquilación de la humanidad tal y como la conocemos con sus libertades y potenciales. 

El silencio es complicidad, y la ignorancia no puede justificar la pasividad, pues a pesar de que la censura es inmensa, afortunadamente aún hay modos de acceder a la información verdadera, pero eso no puede ser desde la comodidad en la que nos hipnotizan, requiere tu participación activa. 

De momento apaga la tele, busca información alternativa, analiza y reflexiona. El poder está en ti. Imagina un mundo mejor y construyelo dentro de tus posibilidades. 

Reacciona, difunde, actúa,... por quienes quieres, por un futuro mejor para ellos. Venceremos.

domingo, 17 de mayo de 2020

Julio Anguita: la honestidad del programa

Ayer sábado 16 de mayo de 2020, nos dejó el Maestro y Político Julio Anguita González a los 78 años de edad cuando su corazón, ya delicado y con varias operaciones desde 1993, no pudo soportar una nueva parada cardiaca.
Nacido en Fuengirola, en el seno de una familia de tradición militar, y cordobés de adopción, fue esta última capital la que forjó su vocación de maestro, porque sabía que la libertad del pueblo solo se alcanza a través del conocimiento y la reflexión; y su activismo político, porque conocía que hasta que la sociedad no alcance la madurez suficiente como para autoorganizarse solo se puede lograr cierta justicia social a través de la política y de sus torticeros juegos, ya que la revolución en una población sin conciencia para ella es imposible. Fue Córdoba donde se ganó su primer puesto de alcalde, por el Partido Comunista, en las primeras elecciones postfranquistas de 1979. También fue allí, ejerciendo la Alcaldía, lo que hizo hasta 1986, donde se ganó el apelativo del califa rojo. Ese mismo año pasó a ser Diputado del Parlamento andaluz hasta el 21 de noviembre de 1989, fecha en la que ocupó su escaño como diputado en el Congreso estatal hasta su retirada de la política activa por problemas de salud en abril del 2000. Secretario general del Partido Comunista desde 1988 procuro la unidad de la izquierda abogando por crear Izquierda Unida, formación de la que fue Coordinador desde su constitución en 1989.
No repasaremos sus aciertos y errores, de los que tán llenos están los políticos, sobre todo los segundos, nos limitaremos a señalar aquello que como político le hizo único, o casi. En un país absolutamente sobrepoblado de políticos deshonestos, corruptos, serviles al capital y sin ningún tipo de principios, capaces de prometer una cosa y hacer la contraria, de exhibir títulos que no les corresponden y utilizar sus cargos en beneficio propio y de intereses particulares, en lugar de los generales que dicen representar, fue de los escasos capaz de renunciar a la pensión vitalicia que le correspondía como ex diputado.
Más allá de la ideología, su honestidad se resumía en lo que debe caracterizar a todas las actuaciones o pactos políticos: programa, programa, programa… pues nada puede o debe tener lugar más allá de lo prometido a los electores sin consultárselo previamente. Un hombre honesto cuando da su palabra suele intentar cumplirla. Anguita lo era, de ahí su obsesión por intentar cumplir unos programas que para los demás políticos solo acostumbran a ser mentiras que los llevarán al poder.
Aún en está sin razón, pandémica y confinatoria, de un pánico creado y manipulador, mantuvo su lucidez y reflexividad:
“La crisis climática y las nuevas pandemias pondrán en marcha un nuevo fascismo para gestionar la escasez“
Antes de reproducir algunos de sus pensamientos, nos sumamos al sentido homenaje a su desaparición, conmovedor a pesar de sufrir los estragos de las descabelladas normas con los que tienen que ser despedidos durante este absurdo y fascista periodo muchos de aquellos que resistieron para hacernos un poco más libres.



“Quien vota a los corruptos los legitima, los justifica y es tan responsable como ellos”

"Con la dignidad no se come, pero un pueblo sin dignidad se pone de rodillas y termina sin comer"

"La Transición no fue más que la restauración de la monarquía expulsada por segunda vez en España"

"Somos los hijos de Fernando VII, un pueblo que gritaba 'vivan las caenas' y que hoy está entontecido por la Roja"

"Yo soy partidario de que en su momento el estado se extinga, desaparezca y sea sustituido por la sociedad autoorganizada"

"Una política que base el crecimiento en la especulación y no en la creación de riqueza está condenada al fracaso"

"Hay que dar respuestas a lo que llamo crisis de civilización, que no es sólo económica y financiera, sino medioambiental, alimentaria, ética, política, total"

"El PSOE es una izquierda de estampilla y va siempre detrás de la derecha".

"Alguien dijo que la Guerra Civil la ganaron los curas y la perdieron los maestros. Acertaron plenamente con el aforismo".

"En España sobra el dinero, pero hay que ir a por él. Está en cuentas de Suiza".

Cuando en 2003 perdió a su hijo, Julio Anguita Parrado, en la guerra de Irak, hizo popular la frase:
Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen.
Sean también malditos los promotores de esta exagerada guerra contra los virus que busca la completa destrucción y deshumanización del ser humano.

sábado, 2 de mayo de 2020

El enemigo perfecto

El enemigo perfecto
Entre la distopía y la utopía
Desde tiempos inmemoriales, -habrá quien dirá que es inherente al ser humano, pero eso es falso porque sucede básicamente desde que alguien perdió el respeto por sus semejantes, y la honestidad e integridad de su propio ser- algunos miembros de las sociedades humanas quieren someter, utilizar y explotar a los demás para su propio beneficio, comodidad o crecimiento, y ese es su máximo anhelo en lugar de colaborar con ellos para alcanzar un bien común y la mejora de la humanidad.
Cómo explican, argumentan, razonan y definen muchos autores, hay dos modos de mantener el poder, el estatus, y en el fondo hasta el respeto que nos merecemos cada uno como seres humanos, es decir nuestra categoría o calidad humana; una, la más natural, es el amor, la otra, más indeseable, es el temor. Ámbas son las energías más poderosas del universo, aunque de signo opuesto, y ambas son necesarias para nuestra existencia, y básicamente la condicionan, porque como aseveraba el genial Nikola Tesla, en el universo todo es energía, frecuencia y vibración. El amor es la más natural porque ningún ser humano recién venido al mundo podría subsistir, en su endeblez e indefensión, apenas unos minutos tras su nacimiento sin las necesarias atenciones amorosas, básicamente de su madre, y de quienes le rodean. Esto es así en muchos animales, especialmente aves y mamíferos. Todos necesitan atenciones y amor para poder sobrevivir, pero es el ser humano el que más y durante más tiempo los necesita. Así pues sin la vital energía y vibración positiva del amor los seres humanos apenas podríamos existir.
La necesidad del temor, con su energía y vibración negativas, surge posteriormente, y radica en su eficacia como protector de la vida y de la integridad física y emocional, cuando es real. Huir de depredadores o situaciones de peligro es lo más normal del mundo, y es ese temor el que activa nuestro cerebro reptiliano e instintivo, presente en todos los animales con su dualidad lucha o huida, como principal garante de la vida ante amenazas que la pudieran afectar. Así pues el temor está presente en todos los seres humanos como animales que son y como garante de su integridad ante peligros que la pudieran acechar. Es precisamente ese necesario temor el que utilizan y manipulan algunos seres humanos para aprovecharse del resto, y lo han ido perfeccionando históricamente.
La vibración del amor es seguridad, bienestar y confianza, mientras que la del temor es inseguridad, miedo y desconfianza.
Es de suponer que los primeros que trataron de imponer su voluntad o intereses a los demás fuera con un argumento tan objetivo y real como la superioridad de su propia fuerza física. Seguramente más tarde utilizaron el poder del conocimiento y la sabiduría, en definitiva, el de la información, que también es objetivo, y mucho más real de lo que pudiéramos imaginar, dados nuestros niveles y potenciales cognitivos e intelectuales. Más adelante, ante la imposibilidad o dificultad de controlar, por la fuerza o el conocimiento, a un creciente número de individuos y voces discrepantes, pues si se unen, te pueden derrotar con las mismas armas, surge la necesidad de crear un enemigo, tanto para delimitar tu territorio de poder como para crear un nuevo miedo que cohesione a tus adeptos, qué bien lo pueden ser por amor o por temor. Y así se han ido constituyendo y conformando las sociedades y países del mundo hasta hace unos meses, con el poder de la fuerza y del Estado, limitado por fronteras geográficas y materiales, por un lado, y con el poder de la fe y de la Iglesia, sin cortapisas territoriales y más enfocado a controles mentales, por otro.
Ambos tenían sus amores y sus temores, sus seguridades y sus miedos, sus amigos y sus enemigos,… que les consolidaban como grupo con aspiraciones comunes.
Los estados tenían sus instituciones a las que rendir respeto, por amor o por temor; sus amigos, internos y externos; y sobre todo sus enemigos, porque el hecho diferencial es el que mejor justifica la necesidad de mayor cohesión para poder vencerlos. Buscaban afines o contrarios fuera de sus fronteras para mantener su esencia, pero también en el interior, pues un poco de tolerancia controlada da cierto aire respetuoso, y enerva y mantiene alerta a los partidarios.
Por su parte las religiones son transfronterizas, y sus enemigos externos también, pues son las otras religiones. En cuanto a sus enemigos internos, son los infiernos y demonios con los que nos controlan.
La alianza y/o simbiosis entre ambos poderes, o las dos caras del mismo, ha sido habitual y notable a lo largo de la historia de la humanidad, aunque a partir del Renacimiento las religiones fueron perdiendo adeptos a favor de la racionalidad de la ciencia, si bien la ciencia oficial siempre se ha controlado desde los estados, de modo que no ha dejado de ser un trasvase de poder de las primeras a los segundos. De hecho, con la supuesta ciencia el sistema ya introdujo las principales falacias que le sustentan actualmente. Por no extendernos, nos limitaremos a citar dos, y a través del pensamiento de otros tantos endiosados personajes: Darwin y Pasteur, ya que además las teorías de ambos, absolutamente admitidas e incontestables aún hoy en día, responden a la necesidad fundamental del sistema para mantener el control del poder, que no es otra que la existencia, siempre, de un rival y/o enemigo.
La teoría de la evolución de Darwin, sustentada en bases malthusianas, eugenésicas y genocidas, como el más puro nacismo, preconiza que sobrevive el más fuerte, el más apto, el que mejor se adapta,... siempre es el mejor en algo, frente a todos los demás qué fracasan. Lo prestigiado en nuestra sociedad no deja de ser un reflejo de ello, y siempre hay que tratar de ser el mejor en algo por lo que casi todos los demás no dejan de ser en algún momento nuestros rivales: en el deporte, en el colegio, en el trabajo, en cualquier aspecto de la vida. Y si entramos en variantes ideológicas, en los que, sin duda, las nuestras son las mejores, como nuestro equipo de fútbol, todos los demás se pueden convertir en enemigos: los comunistas, los capitalistas, los anarquistas, los musulmanes, los judíos o los cristianos,... cualquier idea puede ser fanáticamente enemiga, concepto extremadamente belicista de la vida, y completamente erróneo, pues los avances son fruto de las discrepancias que pueden resultar enriquecedoras. Pero para conservar el poder hay que crear un enemigo y enfrentamiento constante.
Las teorías e ideas de Pasteur, que son la base de la actual teoría germinal de las enfermedades infecciosas, y principal sustento de la medicina alopática occidental, afirman que la mayoría de las enfermedades son causadas por microorganismos, lo que convierte la sanación en una batalla contra el enemigo que nos enferma. La militarista idea del químico francés entusiasmó a una incipiente industria farmacéutica, que vio un ingente negocio en el infinito arsenal de armamento que podría fabricar y vender para aquellas guerras. El sistema ya tenía un interminable ejército de enemigos capaces de atacarnos por diferentes medios y con distintos resultados y gravedades, y con más jugosos beneficios cuanto más contagioso y grave era.
Surtidos de enemigos y ansias de poder ante una humanidad global cuya conciencia despierta cada vez más ante el control religioso, el sistema decide traspasar este antiguo poder de dominio espiritual y del conocimiento a la ciencia, y para no perder el efecto transfronterizo crea un enemigo universal, que no distingue razas, fronteras ideas o credos. Por primera vez desde que se instauró su existencia, los judíos no han podido disfrutar libremente su Pascua, los cristianos su Semana Santa y los musulmanes su Ramadán, todos se han rendido ante un coronavirus que lo copa todo, en espera de la acción de la diosa ciencia y su avanzada tecnología. Hasta las reivindicaciones proletarias del 1 de mayo se han quedado confinadas. Las bases del nuevo orden mundial están sentadas, y el nuevo dios todopoderoso será la ciencia que salvará nuestras vidas ante los letales virus.
Han creado el enemigo perfecto: es invisible, puede portarlo y afectar a cualquiera, o acusarlos arbitrariamente de ello si lo necesitas, y además no cobra por hacer su función. Es tan versátil y funcional como lucrativo, pues puedes crear variantes y vacunas a tu antojo, siempre con el conocimiento de cómo evitar que te afecte a ti y a los tuyos.
Suena a broma. No es posible que algo así pueda suceder, y menos en nuestra globalizada y digitalizada sociedad del siglo 21. Tal vez se podía engañar tan fácilmente a los ingenuos e ignorantes de siglos pasados, pero a nosotros, tan informados, cultivados, conectados y academicistas como somos en nuestra aldea global, es imposible. Tal vez como argumento de novelas distopicas, tipo Un mundo feliz -1932-, de Aldous Huxley, 1984 -1948-, de George Orwell o Fahrenheit 451 -1953- de Ray Bradbury, en las que se describían sociedades indeseables y dañinas para el ser humano sería factible, pero insertarlo en la realidad suena absurdo, inverosímil y hasta surrealista.
Anoche, cómo Martin Luther King, tuve un sueño, pero no era como el suyo, justo, esperanzador y utópico, sino más bien lo contrario, era un mal sueño, una pesadilla. Soñé que vivía en una sociedad distópica que nos mantenía confinados, temerosos de sufrir o contagiar un letal virus que se había convertido en pandemia, y ocupaba cada instante de lo vomitado por los medios de difusión. Soñé que dejaban morir a los ancianos en las más aberrante soledad, sin el necesario amor de sus seres queridos, y con el horroroso temor de ser masacrados por un vírus mortal, y que después les enterraban sin más homenajes, ni miramientos, como quien entierra a una bestia. Soñé que sacaban a pasear a los niños a la calle apenas por unas horas, sin alejarse demasiado y sin relacionarse con los demás niños,...
Pero espera, todo eso no lo he soñado, todo esto está sucediendo, es tan real como los cadáveres de los ancianos, esos que las instituciones internacionales ya nos avisaban que sobraban, los que cada año son más propenso a morir con las gripes estacionales, como son los demás enfermos con afecciones graves y el sistema inmune deteriorado, solo que esta vez han decidido declarar la pandemia a través de los medios de difusión, y convertirla en realidad con las terroríficas medidas que han adoptado, no olvidemos que la vibración del temor es letal, del mismo modo que la del amor es sanadora. Al aislarnos potencian la primera a la par que reducen la segunda, pues el contacto humano del que nos privan es esencial en el amor y en la vida humana. Todo esto los promotores del nuevo orden mundial lo saben, cómo saben que el sol y el aire fresco ayudaron a combatir la mal llamada gripe española de 1918, cómo conocen todas las falacias de la medicina alopática oficial, pues todo ello son estrategias para convertir en pandemia real la trágica realidad de la gripe de cada año multiplicando por 3 los muertos que provoca habitualmente.
¿Qué nos depara la continuación de esta distópica realidad a la que nos someten. confinamiento periódicos, limitaciones de movilidad geográfica, vacunaciones obligatorias, playas vacías, bares cerrados, actividades de ocio, pensamiento y cultura social alternativas suspendidas, canceladas y erradicadas,...? A buen seguro que hay algunos que se libran de todos esos posibles controles, y es muy probable que entre ellos no estés tú.
A una conciencia humana normal lo que escribo le puede parecer exagerado, increíble y hasta conspiranoico, pero si tuvieras la certeza de las todas las atrocidades históricas que han sido capaces de cometer incluidas guerras, masacres, genocidios, auto atentados como el 11S,... han sido capaces de cometer por conservar o incrementar su poder, seríais más conscientes de hasta dónde son capaces de llegar. Pero bueno, solo tienes que mirar al mundo, repleto de desigualdad, injusticias, hambre, miseria y muerte para creertelo. Sabes que cientos de miles de mundos diferentes y más justos son posibles, pero precisamente es este el que han querido crear las élites, ese 1 por ciento que controla el 90% de la riqueza del planeta, amparados por mediocres políticos, y de todo ámbito, dispuestos a repetir, justificar e inculcar sus deseos en la sociedad.
Pero continuemos con nuestra realidad distópica y comprobemos en que se puede parecer a aquellas imaginativas novelas del pasado siglo. Por no extendernos nos limitaremos a un par de pinceladas de referencia por cada una de las obras y su respectivos parecidos con la actualidad.
Orwell nos habla de una sociedad manipulada por el lenguaje y absolutamente vigilada por el Gran Hermano. Con respecto a la primera hay cientos de ejemplos, pero nos quedaremos con uno de los últimos: ¿alguien me puede explicar qué quieren decir cuando llaman nueva normalidad a la absoluta anormalidad que nos espera? En cuanto a la completa vigilancia, ya no solo tenemos que soportar cada vez más numerosas cámaras que nos captan a cientos de metros con perfecta resolución, y represivas leyes mordaza, sino que ahora cualquier concienciado y solidario vecino puede denunciarte como si fueras un potencial terrorista asesino si te sales de los horarios, espacios o normas establecidas, y lo hace con el orgullo del deber cumplido.
Huxley en un mundo feliz nos describe una sociedad sedada por las drogas y condicionada por los avances tecnológicos. La combinación de ambas proporciona a sus habitantes una felicidad conformista en la que cada uno acepta su papel. No hay guerras, miseria, ni carencias básicas por lo que puede tener cierto carácter utópico, pero al precio de erradicar o alterar casi cualquier emoción indeseada por el sistema mediante las drogas. Además se impone un estricto control de la población y de la natalidad, los niños no son criados en familias, pues estas no existen como tal, no hay diversidad cultural, ni de arte en general, y se caracteriza por un pensamiento único que aboca a la deshumanización. Aquí tal vez se define más el destino hacia dónde nos quieren llevar con este enemigo invisible. Sin duda la ciencia se coronará, pero la oficial, no la disidente de la que hablaremos después, y mientras tanto los ansiolíticos y demás tratan de enmascarar nuestros crecientes problemas emocionales, y las crecientes pantallas de nuestros dispositivos atontan nuestras mentes con interminables e infinitas series, programaciones deportivas o programas de chismorreo, a gusto del consumidor.
Por último Bradbury en Fahrenheit 451, presenta una sociedad donde se queman los libros, y hay unos bomberos dedicados a ello. La novela está protagonizada por uno de ellos que decide dejar de ejercer la censura y el control de la información, y pasa a ser parte de la resistencia. Bueno actualmente no se queman libros, se es más sutil, aunque como siempre se trata de controlar la información molesta para el sistema censurándola sin piedad, mientras se inundan todos los medios de difusión controlados por el sistema con los discursos deseados repitiéndose hasta la saciedad.
Y llegados a este punto debemos introducir las claves de la esperanza de pasar de una terrorífica distopía que nos pretenden imponer a una maravillosa utopía que nos han ocultado siempre, a la par del ejemplo de que existe censura, y mucha, contra lo que no le interesa al sistema.
Hay un producto, natural y no patentable, utilizado legalmente como desinfectante de agua y que lleva curando numerosas enfermedades, entre ellas cáncer y malaria, un par de décadas. En su momento se llamó MMS, siglas en inglés de suplemento mineral milagroso. Se trataba de clorito de sodio activado con un ácido, lo que genera un gas, dióxido de cloro, que diluído en agua en determinadas proporciones e ingerido después es capaz de oxidar el organismo sanándolo de múltiples afecciones, e incluso fue reconocido por la Unión Europea como medicamento huérfano para la esclerosis lateral amiotrófica -ELA- enfermedad sin ningún otro tratamiento.
Aunque su descubridor fue un norteamericano, su principal investigador y promotor ha sido y es, un biofísico alemán que por aquel entonces estaba afincado en España, Andreas Kalcker. Su propia curación con el producto le llevó a investigar y promocionarlo hasta los actuales límites, en los que imparte conferencias masivas en Iberoamérica, y asegura que es la solución perfecta para acabar con el coronavirus, y muchos testimonios así lo certifican por experiencia propia. Aquí es donde aparece la censura, pues gran parte de estos testimonios, junto con conferencias, informaciones y hasta noticias e incluso canales de televisión de youtube que proclamaban las bondades del producto han sido censurados, cerrados y eliminados.
Cierto que Kalcker había sido perseguido en España desde el principio, hace una decena de años, prohibiendo sus conferencias y llevándolo a los tribunales, de los que siempre ha salido absuelto, pero la inquina con lo que se le persigue ahora, hasta retirando su libro salud prohibida, en el que habla de las bondades y usos de dióxido de cloro, de Amazon, parece extremo, pero está totalmente justificado para el sistema porque es la clave para que una terrorífica distopía se pueda convertir en utopía.
Si la oficialidad acepta la evidencia, como ya hemos hecho multitud de seguidores de Kalcker, incluidos decenas de médicos, sanitarios y terapeutas de todo el mundo, y miles de sanados por el producto, de que el dióxido de cloro ayuda a la curación de muchas enfermedades, coronavirus incluido, todo el argumento de esta irracional distopía se habría acabado porque tendríamos las armas para acabar con el letal enemigo invisible que nos amenaza y todas sus previsibles secuelas. Pero aquí no acaba la utopía, porque no solo serían innecesarias las lucrativas y controladoras vacunas, sino que la mayoría de los caros productos con los que se llevan enriqueciendo las multinacionales farmacéuticas durante más de un siglo dejarían de tener sentido, pues un único y asequible compuesto los podría sustituir, y de modo más rápido y eficaz. Se acabaría con el inmundo negocio sustentado por las falsas teorías de Pasteur y su belicista concepción.
La mayoría de bacterias y demás microorganismos no son nuestros enemigos, al contrario, son amigos con los que convivimos, dentro y fuera de nuestro organismo desde hace miles de años, y sin los cuales nuestra existencia no sería posible. La solución no es luchar contra ellos cómo hace la medicina alopática recetando antitodo: antibióticos, antiinflamatorios, antiácidos,... con los que únicamente se atacan los síntomas, e incluso se cronifican las enfermedades; la solución pasa por respirar sano, beber sano, comer sano y pensar sano, lo cual no es nada fácil en un mundo tan tóxico como este, y potenciar nuestro sistema inmune, que es lo que han hecho siempre todas las medicinas tradicionales y hasta el propio Hipócrates, para que mantenga el equilibrio necesario entre los miles de millones células y microorganismos que componen nuestro cuerpo, sin olvidar la fuerte carga emocional de nuestra realidad física. Sanar nuestras emociones es esencial para sanar nuestro cuerpo y erradicar la causa de muchas enfermedades.
Con las religiones destronadas y la falsa ciencia desenmascarada nos resta destruir el fraudulento y explotador engaño económico y democrático para comenzar una auténtica utopía.
Ojalá el tesón del cabeza cuadrada alemán Andreas Kalcker, lo conviertan en el abanderado héroe de una esperanza utópica pero real, tan real como lo haga tu lucha porque así sea.
En una cutre emulación a la revolucionaria frase del Che Guevara: Prefiero enfrentarme al virus que vivir siempre confinado.