Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

lunes, 29 de marzo de 2010

Conferencias magistrales

El que fuera primer ministro británico entre 1997 y 2007, Tony Blair, se embolsará más de 220.000 euros por impartir dos conferencias el próximo mes de abril en Kuala Lumpur y Singapur. Las charlas del ex primer ministro versarán sobre como tener éxito y ganar mucho dinero en la vida y cobrará unos 110.000 euros por cada una, según el medio británico “The Independent on Sunday”.

El ilustre conferenciante compartirá estrado con el autor del libro “Como embolsarte más dinero: convierte en pasta lo que sabes” y un financiero que hablará de cómo ganar 45.000 dólares en sólo cuatro minutos. De hecho, Blair encabeza la lista de conferenciantes del “Congreso Nacional de Triunfadores”, donde figuran autores de libros de éxito, estrategas de las finanzas y otros gurús de la motivación y la riqueza.

Los asistentes a los actos, unos siete mil en total, pagarán entre100 y 5.800 euros. Las entradas más caras incluyen una foto con Blair y la posibilidad de hablar con él durante un almuerzo.

Desde luego las conferencias deben ser magistrales a juzgar por lo que cobran los ponentes y el precio por asistir. Lo innegable es la habilidad de Tony Blair para ganar dinero. “The Independent on Sunday” calcula que lleva ganados más de 22 millones de euros desde que abandonara el cargo de primer ministro, incluidos cinco millones por su libro autobiográfico “Mi viaje”.

Estas habilidades conferenciantes y de autor de éxito recuerdan a las de otro miembro del trío de las Azores cuyas andanzas se recogen en El Adalid de las peinetas.

Otros de los ingresos de Blair durante estos tres últimos años citados en el medio británico son un contrato de 1,1 millones de euros por asesorar a la familia real kuwaitiana y un lucrativo acuerdo con una petrolera surcoreana con intereses en Iraq.

En definitiva, y dado el tema de su conferencia, sabe de lo que habla, aunque no tiene demasiado mérito enriquecerse de ese modo un tanto sospechoso, porque además, a su nivel, muchos políticos de este país podrían dar una charla sobre como tener éxito y ganar dinero. Y es que el maestro Delibes tenía razón cuando decía que “Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad”, una facilidad directamente proporcional al tamaño del cargo que ocupan. Pequeña para un edil de un Ayuntamiento y gigantesca para alguien que ha estado al frente de un país.

Las verdaderas conferencias magistrales serían las de millones de trabajadores que son capaces de llevar adelante sus vidas con los esfuerzos de un trabajo honrado y sin pensar en ostentaciones ni en ganar dinero fácil y de dudosa procedencia ética, pero claro, para escuchar eso nadie pagaría 5.800 euros. Ni siquiera 100.

lunes, 22 de marzo de 2010

Oro transparente 2010

Como cada 22 de marzo desde 1993, año en que la Organización de Naciones Unidas (ONU) así lo decidió para concienciarnos de la importancia del líquido elemento, hoy se ha celebrado el Día Mundial del Agua. El lema de este año es: “Agua limpia para un mundo sano” y pone el énfasis en subrayar que tan importante como la cantidad de agua que tengamos lo es su calidad. De este modo denuncia la constante y progresiva contaminación y deterioro que sufren nuestras reservas acuíferas tanto de ríos, como de humedales o aguas subterráneas.

La ONU ya había declarado el año 2003 como “Año Internacional del Agua Dulce”. Dediqué al evento una columna que se publicó en El Correo de Burgos y que se tituló “Oro transparente”. Decía así:

2003, el año en que Bush derrocó a Sadan y destrozó al pueblo iraquí por intereses petrolíferos, el año en que Bolivia se colocó al borde de una guerra civil a causa de un polémico proyecto que pretende exportar gran parte del gas que posee, ha sido también declarado Año Internacional del Agua Dulce por las Naciones Unidas. Mientras los líderes de los países más poderosos del mundo sólo parecen preocupados por hacerse con el control de los recursos energéticos y continuar con el enriquecimiento de los grandes magnates y las multinacionales el planeta se desmorona ante carencias básicas.

El agua constituye alrededor del 70 por ciento del peso de los organismos vivos. Subsistir sin agua es imposible, y únicamente el 3 por ciento del existente en nuestro planeta es dulce. De este mínimo porcentaje apenas una centésima parte es accesible para el ser humano, y encima, está mal repartida. El resto lo conforman los casquetes polares, glaciares y aguas subterráneas de difícil acceso

La población aproximada de la tierra es de 6.000 millones de personas. La Organización Mundial de la salud estima que 1.500 millones de seres humanos carecen de abastecimiento de agua potable y que 1.700 cuentan con instalaciones inadecuadas. El consumo de agua en mal estado transmite enfermedades que provocan cinco millones de muertos al año.

Un bien tan necesario y valioso es malgastado e infravalorado. Indudablemente el petróleo, el gas, todos las variantes energéticas colaboran en la evolución de la vida, pero no son su esencia. El agua es la esencia de la vida animal y vegetal. Sin ella, el planeta morirá y con él los avariciosos terrícolas.

De nada servirá atesorar mineral aurífero para acuñar monedas que compren el mundo, ni siquiera almacenar oro negro a costa de destruir países, porque el verdadero oro es transparente, es el agua. Pero eso de momento no preocupa. Aún no es un bien tan exclusivo y costoso como para comercializarlo y que enriquezca a los de siempre. Todo se andará.

Y mientras el mundo agoniza lentamente por la escasez de agua, el Papa cumple 25 años al frente de una Iglesia dedicada durante siglos a atesorar cálices y riquezas de oro y Aznar recibe el premio al “Estadista Mundial” por ser un “adalid de la democracia y la tolerancia” abanderando el estandarte de una guerra tan negra y viscosa como el propio petróleo. Eso si, este adalid ahora olvida el déficit cero que hostiga nuestro país y destina 300 millones de dólares para reconstruir otro que nunca debió ser destruido.

En estos siete años hay cosas que continúan igual. El agua dulce sigue siendo esencial para el ser humano y para la vida. Por eso este día se lucha por que el agua permanezca limpia y además al alcance de todo el mundo.

Otros aspectos han variado poco. 2.500 millones de personas no cuentan con los sistemas sanitarios adecuados, 884 millones, la mayoría en África, no tienen agua potable, y cada año mueren 1,5 millones de niños menores de cinco años a causa de enfermedades transmitidas por el agua. El agua sigue siendo el oro transparente por el que debemos luchar para mejorar la calidad de vida de miles de millones de personas y salvar millones de vidas humanas e incluso al propio planeta, porque ese agua limpia es la fuente de la vida.

Las guerras y ansias por el dinero van a menos, aunque tal vez sea la crisis quien les haga menos avaros de momento. Los mandatarios parecen diferentes, y no sólo en el color o en el bigote: aquellos nos llevaron a la guerra, estos están a favor de pararla y con unos aires diferentes. Precisamente ayer mismo el presidente estadounidense Barak Obama, logró el respaldo de la Cámara de Representantes de su país para llevar a cabo una reforma sanitaria que beneficiará a 32 millones de norteamericanos que antes no tenían seguro médico.

Por lo demás, tras este septenio, el mundo sigue agonizando lentamente por la escasez y la contaminación del agua, el nuevo Papa escribe una carta a los irlandeses para pedirles perdón por los curas pederasta, aunque se olvida de enviársela o otras muchas nacionalidades, incluida la suya propia; y el “adalid de la democracia” se ha convertido en “el adalid de las peinetas”… En definitiva, aún nos queda mucho por mejorar, pero podemos hacerlo.

viernes, 19 de marzo de 2010

Equivocaciones e impuestos

El Congreso de los Diputados español rechazó el pasado 16 de marzo la propuesta del PP para evitar la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) dos puntos porcentuales a partir del próximo 1 de julio. El resultado de la votación fue bastante ajustado. Ganó el no por 176 votos a 170. También hubo una abstención, la del diputado popular Vicente Martínez Pujalte.

Es improbable que el veterano diputado, en su cargo desde 1996, rompiera la disciplina de partido con su voto, porque además Pujalte es el portavoz del PP en la comisión de presupuestos y vocal de la comisión de Economía y Hacienda a la que atañe el IVA, así pues es de suponer que conocía bien la postura que debía votar. Aunque bien mirado, que los parlamentarios conozcan el contenido de aquello que han de defender tampoco sería demasiado indicativo porque recientemente otro diputado popular, Ignacio Uriarte, vocal de la Comisión no permanente de Seguridad Vial y Prevención de Accidentes perdió su carnet de conducir tras dar positivo en un control de alcoholemia.

Con todo, hay que suponer que fue una equivocación, bueno, ambas lo fueron. A veces cometemos el error de beber un poquito más de la cuenta, no hace falta que sea demasiado, y después coger el coche. Lo de votar equivocadamente ya es más difícil que lo cometamos, tal vez porque sea algo que no hacemos tan asiduamente como conducir.

Quién sabe cuan complejo es el sistema para emitir el voto en el Congreso, y Pujalte no ha sido el único diputado en equivocarse en una votación, es más, no sólo la cámara baja española ha visto como sus miembros erraban a la hora de emitir su voto, sino que en otras instituciones autonómicas y nacionales también se han dado errores de ese tipo, así que habrá que sospechar o que los sistemas de votación son muy complicados (en principio es de suponer que sólo hay tres opciones, a favor, en contra o abstención), o que, cuando se equivocan, los respectivos representantes políticos no están lo suficientemente concentrados en la complejidad de la acción que van a realizar.

En cualquier caso, los políticos nos son los únicos que se equivocan al emitir su voto. Sirva como ejemplo la creciente ola de denuncias que acusan a cientos de sacerdotes por todo el mundo de haber cometido pederastia. Todos ellos erraron en su voto de castidad, y no sólo rompieron su compromiso de abstinencia sexual, sino que además lo hicieron de manera delictiva al forzar a menores de edad a practicar sexo; pero aquí, como en la política, lo que prima es la hipocresía de lo mandatarios y apenas se buscan responsabilidades y la mayoría continúa en sus cómodas poltronas.

Retomando el asunto impositivo que nos concierne, la subida del IVA, y escuchando los argumentos de unos y otros, tampoco queda claro si el incremento de este impuesto es una equivocación o no. El PSOE y quienes les respaldan han defendido su postura por la necesidad de recaudar ingresos para hacer frente al gasto social en la actual situación económica. Por su parte, el PP y los suyos defienden que el aumento del IVA será negativo para el consumo y, por ende, para la salida de la crisis, e incluso, Cristóbal Montoro, que actuó como portavoz popular en el debate, calificó este impuesto como “injusto”.

Ambos tienen razón, aunque parecen intercambiar sus papeles. Los impuestos son necesarios para garantizar el gasto social y el desarrollo, y el IVA es un impuesto claramente injusto. Decía la presidenta argentina, Cristina Fernández, que Sudamérica no era una región pobre, sino insolidaria. Extrapolando sus palabras se puede afirmar que el planeta tierra no es un planeta pobre, sino extremadamente insolidario y, las cifras cantan, cada vez lo es más. Según Naciones Unidas, el 86 por ciento de los recursos y la riqueza mundial están en manos del 20 por ciento de la población. Afinando aún más en los extremos, las cuatrocientos personas más ricas de este planeta poseen ellas solas lo mismo que son capaces de ingresar en un año los 2.500 millones de terrícolas más pobres. Así pues, y dada la insolidaridad y el egoísmo imperantes en la raza humana, los impuestos son necesarios para tratar de redistribuir esta riqueza, no sólo dentro de cada país, sino en el conjunto del planeta global creado por el capitalismo, de momento únicamente para explotar a los más necesitados.

Mientras no lleguen la solidaridad y el altruismo voluntarios y necesarios para ayudar a quienes más lo necesiten, tendrán que llegar los impuestos obligatorios que colaboren en esas ayudas y hagan de este mundo un lugar un poquito más equitativo, aunque como dice Montoro, no debe ser con impuestos injustos. El IVA lo es, como todos los impuestos indirectos, que gravan el consumo.

Veamos un ejemplo. Vas a repostar gasolina, y a tu lado está haciendo lo mismo Amancio Ortega, el empresario textil español con una fortuna estimada en más de 18000 millones de euros. Por cada litro de combustible vais a pagar exactamente la misma cantidad de impuestos. Esta igualdad en el pago de impuestos se repetirá en cada artículo idéntico que adquiráis, de ahí esa injusticia en los impuestos indirectos ya que para ti el esfuerzo para pagar lo mismo es muy superior al suyo, a no ser que tengas la suerte de tener una fortuna similar a la que él atesora.

Los impuestos directos son más justos porque lo que gravan es la capacidad económica de cada persona o entidad. Entre ellos se encuentran el impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el Patrimonio o el de Sociedades, en todos ellos se supone que cuanto más tienes, más pagas.

Curiosamente, el PSOE, un supuesto partido progresista, aprobó en 2008 la supresión del impuesto del Patrimonio, que ahorró al millón de contribuyentes con los patrimonios más elevados alrededor de 1,8 millones de euros. También ese año el partido gobernante decidió “regalar” a los contribuyentes 400 euros en el IRPF, otra medida un tanto injusta y electoralista porque favorecía por igual a todos los contribuyentes afectados independientemente de su nivel de ingresos, con lo que no parece demasiado coherente para ayudar a los más necesitados. Si a esto añadimos las propuestas lanzadas por los socialistas para prolongar la edad de jubilación hasta los 67 años e incrementar el periodo de cotización de 15 a 25 años para calcular las pensiones, lo cierto es que sus medidas no parecen ir demasiado destinadas a mejorar la situación de los más desfavorecidos ni proceder de un partido progresista, sino más bien a hacer el trabajo sucio a otras tendencias políticas.

Así, entre la confusión de algún partido con la justicia social y el progresismo, diputados con su concentración o con los complejos sistemas de votación, e incluso sacerdotes con sus propios votos,… entre tanto revoltijo de crisis de identidad, tantas equivocaciones e impuestos, mucho me temo que los que pueden salir sodomizados sean los mismos de siempre.


viernes, 12 de marzo de 2010

Delibes: "Un pueblo sin literatura es un pueblo mudo"

Hoy nos ha dejado uno de los novelistas más auténticos y trascendentes de la literatura actual española. Nuestro pueblo se ha quedado un poco más mudo. Su mejor tarjeta de presentación es su legado literario, quienes conocen su obra lo saben; los que aún no la conocen, nunca es tarde para descubrirla y disfrutar de su excelsa narrativa y sus cotidianas historias.
Como pequeño homenaje de admiración transcribo algunas de sus breves reflexiones, las grandes están en sus novelas.

"Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales."
"Escribir para niños es un don, como la poesía, que no está al alcance de cualquiera".
"La máquina ha venido a calentar el estómago del hombre pero ha enfriado su corazón."
"La novela es un hombre, un paisaje y una pasión."
"La novela es un intento de exploración del corazón humano a partir de una idea que es casi siempre la misma contada con diferente entorno."
"Los hombres se hacen. Las montañas están hechas ya."
"Mi vida de escritor no sería como es si no se apoyase en un fondo moral inalterable. Ética y estética se han dado la mano en todos los aspectos de mi vida."
"No deseo más tiempo. Doy mi vida por vivida."
"Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de vivir con bastante facilidad".
"Para escribir un buen libro no considero imprescindible conocer París ni haber leído el Quijote. Cervantes cuando lo escribió, aún no lo había leído."
"Sería un retrato frío, aburrido, impersonal. Me cansa pensarme." (autorretrato literario y vital).
"Si el cielo de Castilla es alto es porque lo habrán levantado los campesinos de tanto mirarlo".

¡¡¡Hasta siempre Miguel!!!

miércoles, 10 de marzo de 2010

Palabras inapropiadas

Últimamente los medios de difusión españoles se han llenado de informaciones que, teniendo en cuenta los resultados, contenían palabras inapropiadas.

En realidad las palabras sólo son signos capaces de comunicar, con un significante y uno o más significados, con las que se forman los mensajes, así que, de por si, no pueden ser inapropiadas. Entonces el carácter de si son apropiadas o no, y suponiendo siempre que el mensaje está bien construido, viene marcado por el emisor, por el origen de las palabras. La semiótica es una disciplina árida, aburrida, engorrosa… así que como mejor se entiende es con un ejemplo:

Si lees: “Héctor, hombre hetero español, al servicio de tu felicidad”. “Para mujeres y parejas, bien dotado (15 cm),…, estoy abierto a todo excepto al sado, no os arrepentiréis, os haré gozar de felicidad como nunca”. El texto es correcto, se entiende, aunque tiene cierto tuforcillo a anuncio de contactos, y efectivamente eso es. Las palabras son inapropiadas por que están escritas por un sacerdote.

La noticia, que dio la vuelta al mundo, explicaba que el párroco de dos localidades toledanas, además de publicitarse con ese anuncio para vender su cuerpo, también se había gastado 17.000 euros en líneas eróticas, cantidad que previamente había sustraído a unas Cofradías de sus parroquias. Así pues, queda claro el carácter inapropiado del texto.

Otras variantes de palabras inapropiadas se dan cuando las mismas son refutadas por alguien jerárquicamente superior a quien las origina. Aquí se incluyen la mayor de los conflictos sobre la idoneidad de los mensajes: padres que no respaldan las palabras de hijos, esposas que matizan expresiones de sus parejas, jefes que retocan actuaciones de sus subordinados… Estas pequeñas desautorizaciones son tan habituales como intranscendentes, dado al nivel al que se dan, pero se agravan a medida que el contenido de las palabras afecta a más gente.

Las decisiones del gobierno y de sus órganos dependientes pueden ir dirigidas a toda la sociedad, o a sectores muy importantes de la misma. A finales de enero el Ministerio de Economía español remitió a la Comisión Europea una actualización del Programa de Estabilidad con el que los diferentes países se comprometen a cumplir los criterios de estabilidad y crecimiento marcados por las instituciones europeas. Entre otras medidas, el documento incluía la propuesta de elevar desde los 15 a los 25 años el periodo para calcular la cuantía de las pensiones. Esas palabras debían ser inapropiadas porque casi inmediatamente después de hacerse públicas, y ante las reacciones negativas de sindicatos y diversos colectivos sociales, el gobierno las suprimió del texto.

Apenas unos días después, otro alto responsable del ejecutivo, Carlos Ocaña, Secretario de Estado de Hacienda, hacía unas declaraciones en las que aventuraba la posibilidad de revisar el acuerdo, al que llegaron el pasado mes de septiembre gobierno y funcionarios y que les garantizaba una mínima subida salarial. Las palabras de Carlos Ocaña se podían interpretar como un nuevo intento de recortar los gastos del estado congelando el sueldo de los funcionarios, pero casi de inmediato el gobierno las debió considerar muy inapropiadas porque rechazó estas declaraciones y garantizó que los acuerdos firmados se cumplirían.

Otras palabras nada apropiadas las pronunciaron el presidente del congreso, José Bono, y la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. El primero, en los pasillos del congreso, se refirió a algunos compañeros de partido como “hijos de puta” y la segunda le dedicó la misma expresión a alguien de su partido en un acto institucional. Por supuesto, ambos desconocían que sus palabras estaban siendo grabadas, pero en cualquier caso eran palabras inapropiadas, no por el cargo de quienes las dijeron, políticos de alto nivel, ni por a quien iban dirigidas, supuestamente también políticos con puestos relevantes. El carácter inapropiado de estas palabras viene determinado porque, aunque se pretende describir a alguien con ellas, a quien realmente califican es a una tercera persona, así pues se puede llegar a la conclusión de que siempre son inapropiadas las utilice quien las utilice y hagan referencia a quien hagan referencia.

Lo cierto es que pronunciar esas palabras produce en su autor el catártico desahogo que buscan los insultos, pero a poco que lo analicemos comprobaremos su carácter inapropiado.

Recientemente los medios de difusión se hicieron eco de que un matrimonio de avanzada edad iba a ser desahuciado por su propio hijo.

Escuchar la noticia evocaba en lo más profundo del ser un grave insulto. Más allá de los motivos que podían impulsar a ese hijo a actuar así con sus padres, por muy graves que estos pudieran ser, lo cierto es que su actuación es tan rastrera como expulsar de su hogar a aquellas personas a quien debe la vida, únicamente por motivos económicos y de una manera premeditada y sin el menor atisbo de arrepentimiento, porque los procesos judiciales se dilatan tanto que a lo largo del mismo podía haber desistido de sus aspiraciones. Llamar hijo de puta a esa persona sólo puede incidir más en el inmerecido dolor que sufra su progenitora, así pues queda claro el carácter inapropiado de esas palabras. Utilicemos las palabras apropiadas, el personaje en cuestión, como todos aquellos a los que nos podemos referir con esa expresión, no es un hijo de puta, es un malnacido, que le envilece aún más como persona y no afecta a terceros.

martes, 2 de marzo de 2010

El adalid de las peinetas

El pasado 18 de febrero, el que fuera presidente del gobierno español entre los años 1996 y 2004, José María Aznar López, impartió una conferencia en la Facultad de Económicas de Oviedo, invitado por las Nuevas Generaciones del PP en Asturias. El acto concentró multitud de militantes populares y simpatizantes del personaje, pero también a algunos detractores que le recibieron con pancartas en contra de la guerra y con gritos de “fascista” o “asesino”. Finalmente el expresidente pudo entrar al salón de actos por la puerta trasera y entre los aplausos de sus incondicionales.

Durante el transcurso de la conferencia, Aznar culpó al actual presidente del gobierno de la situación económica española y afirmó que “ni tenía ni tiene condiciones para ser presidente del gobierno” y que uno de los errores cometido en estos años había sido parar el proceso de reformas que él mismo iniciara en 1996. También acusó a los socialistas de haberse “fundido” el país y descalificó a Zapatero para liderar la salida de la crisis porque “el jefe de los pirómanos no puede ser nunca el capitán de los bomberos”.

Toda la intervención del presidente de la FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), institución ligada al PP y que preside Aznar desde su creación en 1989 con el objeto de “nutrir el pensamiento y la acción política del centro liberal y reformista”, estuvo plagada de críticas a los dos gobiernos socialistas y afirmó que lo que necesita España para salir de la crisis es “una agenda nacional de reformas”, aunque sin especificar cuales deberían ser.

Las palabras del líder popular Aznar fueron interrumpidas hasta en cinco ocasiones por las últimas consignas de quienes deploraban su presencia allí antes de ser expulsados. En una de las ocasiones Aznar, haciendo gala de su habitual sentido del humor comentó “lo más que pasa, es que hay algunos que aunque pasen los años siguen empeñados en demostrar que no pueden vivir sin mí”. Sin justificar a quienes pretendieron reventar la conferencia, lo más preocupante no es la habitual actitud prepotente del adalid popular que pareció endiosarse más allá del bien y del mal con su victoria por mayoría absoluta en las elecciones del año 2000, sino la reacción de los seguidores que allí se reunieron y que respondían al grito de “presidente, presidente” a los intentos de reventar el acto de sus detractores. El coro de adeptos, que sí parecía que no pueden vivir sin Aznar, recordaba inquietantemente los vítores multitudinarios con los que las masas dirigidas bañaban a antiguos dictadores, y que con demasiada frecuencia se repiten en mítines y arengas de diversos partidos políticos. El fanatismo es peligroso porque los fanáticos no piensan por si mismos, simplemente hacen suyas las consignas que reciben, y llegan incluso hasta a explosionarse como hombres bomba.

Ciertamente el actual gobierno parece vagar sin rumbo con su estrategia para afrontar la crisis y es habitual que al día siguiente de anunciar una medida se retracten de su aplicación, pero de ahí a pretender que Aznar y su política fueron los salvadores de este país durante sus dos gobiernos hay una diferencia sustancial.

Ciñéndonos a datos económicos, es innegable que las dos legislaturas presididas por Aznar lograron reducir el paro es España, disminuir el déficit de sus cuentas y un notable crecimiento económico pero, como en todo en la vida siempre hay un pero, hay que tener muy en cuenta las circunstancias en las que se produjeron esos logros.

España recibió entre los años 94 y 99 50.654 millones de euros y entre 2000 y 2006 otros 61.890 euros, procedentes de los Fondos Estructurales de la Unión Europea para ayudar a los países más pobres. Las cifras suponían casi el 25 por ciento de las ayudas totales de la Institución europea. Así pues el gobierno Aznar se favoreció de estas aportaciones para reducir su déficit. Actualmente, España, lejos de recibir fondos, debe aportar más que antes para apoyar a las nuevas incorporaciones del club europeo. Otras financiaciones para las arcas del Estado fueron los importantes ingresos extras que se obtuvieron de la venta de las grandes Joyas de la Corona que había iniciado Felipe González: Telefónica, Repsol, Red Eléctrica, Tabacalera… Con todos estos ingresos extras el déficit de sus cuentas se fue enjugando.

El paro se redujo en un siete por ciento en cuatro años. También se incrementó la precariedad laboral, con despidos más baratos y la masificación de los contratos temporales, llegando a ser de esa modalidad dos de cada tres contratos, especialmente porque los sectores que lideraron el crecimiento fueron la hostelería, el servicio domestico, y, sobre todo, la construcción (todas ellas actividades con gran incorporación de inmigrantes), una de las principales causas del crack financiero en este país. En este sentido se puede apuntar que en diciembre de 1996 el sector de la construcción contaba con 346.000 parados. Siete años después la cifra había disminuido hasta los 267.000, y en diciembre del año pasado superaba los 781.000 fruto de ese enfermizo impulso de la construcción como fuente de riqueza durante los dos gobiernos Aznar. Eso sí, rizando el rizo se puede decir que los ocho años de gobierno del PP se potenció la incorporación de la mujer al trabajo: los salarios y empleos eran tan precarios que debían trabajar forzosamente los dos miembros de la pareja para hacer frente a los gastos.

Para redondear el descenso en las cifras del paro también hay que tener en cuenta los cambios introducidos por la Unión Europea en los criterios de la Encuesta de Población Activa (EPA) que se aplicó en el tercer trimestre de 2001. Para España supuso el descenso de un plumazo de 344.000 personas y 2,5 puntos porcentuales en las cifras del paro, así pues, tampoco es este aspecto todo fue fruto de la actuación del gobierno ni se crearon las bases para un empleo digno y duradero.

En cuanto al crecimiento económico, el Producto Interior Bruto español creció por encima de la media de la Unión Europea, pero lo hizo de manera muy desigual. Mientras los salarios apenas subían un tres por ciento, y en muchos casos por debajo de la inflación real, y los beneficios empresariales lo hacían por encima del treinta por ciento. El precio de la vivienda aumentó casi el treinta por ciento en cuatro años y mientras la presión fiscal se incrementó para las rentas más bajas, se disminuyó la de las rentas más altas, a la par que se redujo el gasto en protección social.

Con todo, la riqueza del país era cada vez mayor, pero peor repartida. Los empresarios y rentas más altas acumulaban mayores riquezas y beneficios, mientras los trabajadores veían recortado su poder adquisitivo (por ejemplo, una de las primeras medidas del actual candidato del PP a la presidencia del gobierno, Mariano Rajoy, cuando era ministro de administraciones públicas con el primer gobierno Aznar en 1996 fue congelar el sueldo de los funcionarios, incumpliendo un acuerdo firmado por el anterior gobierno), mientras se les incrementaba la presión fiscal y se disparaba el precio de lo más esencial: la vivienda.

Se entiende, de este modo, que una parte de la sociedad española, la más privilegiada, considere que Aznar fuera un gran mandatario para el país, le vitoree al grito de “presidente, presidente” y le encumbre en su estatus de adalid popular, de hecho también Franco y cualquier dictador tenían detrás los grupos de favorecidos que les apoyaban y les ayudaban a perpetuarse en los cargos, pero eso no significaba que su gestión política hubiera sido buena, excepto para ellos y los grupos que les mantenían en el poder.

Tras repasar los beneplácitos de sus dos gobiernos, demonizar los de su sucesor y recibir los agasajos dialécticos de sus seguidores, Aznar abandonó el centro universitario. En ese momento se produjo la noticia que más se repitió en los medios de difusión de ese día: Aznar al pasar cerca de un grupo de sus detractores les saludó alzando el dedo corazón de su mano izquierda, en lo que se definió como la peineta de Aznar. El rostro de satisfacción del adalid popular quedó perfectamente plasmado en las fotos que reprodujo la prensa y reflejaba cierta comodidad en el gesto, como si estuviera habituado a hacerlo. Efectivamente Aznar ha realizado más, y más sonadas, peinetas.



La 'peineta' de José María Aznar

La más importante tal vez fuera involucrar a España en una guerra ilegal y contra la voluntad de la gran mayoría de los ciudadanos de este país. Esa fue una gran y multitudinaria peineta que sólo contó con el respaldo de 183 diputados, precisamente la misma cifra de escaños con la que contaba el pp. Así pues fue una peineta compartida entre Aznar y sus acólitos, para todos aquellos españoles que estábamos en contra de la guerra.

Sería muy interesante conocer los motivos que llevaron a Aznar a sumarse a Bush en su ilegal guerra para controlar las reservas petrolíferas de Iraq. Quizás Bush le explicó lo importante y lucrativo que es el petroleo, y lo interesante de aprender el lenguaje que habla. Tal vez sus sucesivos encuentros le permitieron perfeccionar el inglés que más tarde le permitiría dar clases en la universidad norteamericana de Georgetown, impartir conferencias por las que cobra entre 60.000 y 90.000 euros, según ha publicado la prensa en ocasiones, e incluso ocupar un cargo de alto directivo en la compañía News Corporation del magnate de la prensa, Rupert Murdock, precisamente el único no anglosajón entre los dieciséis consejeros que reciben sustanciosas remuneraciones, concretamente Aznar recibió por ello 220.000 dólares en 2008.

Los ingresos económicos del presidente de la FAES y sus retorcidas estrategias legales para alcanzarlos son repasadas por Daniel Montero en su libro “La Casta, El Increible Chollo de ser Político en España”. Allí queda demostrado lo buen gestor que es Aznar, especialmente para lo suyo. En sus páginas se recoge que, además de los 60.000 euros de pensión vitalicia como expresidente del gobierno, Aznar, su labor “intelectual” (libros, conferencias,…) son explotados por la empresa Famaztela, que tuvo 306.000 euros de beneficios en 2007, además de los ingresos que le procura News Corporation y otros extras.

En cualquier caso aquí estábamos hablando de las peinetas de un adalid. Así pues está la satisfactoria peineta de la universidad de Oviedo, la descomunal peineta de la guerra de Irak junto a sus 182 diputados y también está la salvaje peineta, avalada por sus escuderos más cercanos, entre los que estaba Mariano Rajoy, de intentar hacernos creer que los atentados del 11M los había cometido ETA…bueno, quizás eso no fuera una peineta, quizás fuera tratar de metérnosla doblada. En realidad, los más puristas también introducen la opción de que fuera un corte de mangas sonoro...

La crisis de un exvotante

Entre las diferentes acepciones de la palabra crisis que recoge el diccionario de la real academia de la lengua española se encuentran:

-Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente.

- Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales.

- Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.

-. Momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes.

-. Juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente.

-. Escasez, carestía.

-. Situación dificultosa o complicada.

Desconozco si la situación de la economía capitalista mundial, y por ende española, se encuentra afectada por una enfermedad, una mutación, un cese, un momento decisivo, un examen cuidadoso o una situación de escasez o complicada. No sé a cual de las definiciones se refieren los políticos españoles cuando se les llena la boca con esa palabra mientras nos piden esfuerzos y que “arrimemos el hombro” para superar la tan cacareada crisis cuando ellos mismos son los primeros en ignorar cualquier tipo de acción para recortar sus inconfesables privilegios. En este sentido es muy ilustrativo el exhaustivo trabajo de investigación del periodista Daniel Montero recogido en su libro “La Casta”, editado en 2009 por La Esfera de los Libros. El subtítulo del trabajo ya es de por si revelador: El increíble chollo de ser político en España.

En sus páginas Montero desnuda las sucias interioridades, especialmente económicas, de la clase política de este país. Los políticos españoles, esos que hablan de la crisis, además de unos abultados sueldos por los cargos que desempeñan, acumulan una serie de prebendas inconcebibles para el resto de los mortales: dietas espectaculares, ventajas fiscales, compatibilidad en el cobro de diferentes sueldos y pensiones,… Un diputado de las cortes generales españolas percibe, como mínimo, cerca de 3200 euros al mes por el cargo que ocupa. A esto hay que añadir casi 900 euros al mes si reside en Madrid, y más del doble si lo hace fuera de la capital de España. Además, tienen pagados todos los gastos de transporte, por cualquier medio, para acudir al hemiciclo, y si tienen que cumplir una misión oficial, añaden a sus emolumentos una dieta de 150 euros diarios si su trabajo les exige desplazarse al extranjero, o de 120 si es dentro del territorio nacional. Para redondear sus pingues ingresos también pueden recibir entre 800 y 10.000 euros al mes, por gastos de representación y otros conceptos según el cargo que ocupen en las comisiones parlamentarias que ellos mismos crean y se reparten a su conveniencia. Las cifras se vuelven desproporcionadas en comparación con el salario medio en este país, que se aproxima a los 1.600 euros al mes.

Para hacerse una idea y concretando algunos de los datos que plasma Daniel Montero en su libro es significativa, no sólo por la cantidad que cobra, sino por el hecho de que en año y medio de legislatura no había realizado ni una sola intervención ante la cámara, la situación del exministro de trabajo Jesús Caldera. El susodicho cobró más de 120.000 euros en 2009 por todos sus cargos: exministro, diputado, vocal de la diputación permanente y miembro de una comisión, y como reflejan las actas, sin ni siquiera realizar ninguna acción ante la cámara. Los descomunales salarios políticos son independientes del color del partido, del sexo o la edad del personaje, y así otros indicativos sueldos son el del presidente de la cámara baja, José Bono, que recibe más de 13.000 euros al mes, Mariano Rajoy, lider de la oposición que suma cerca de 9.000 mensuales entre su cargo de diputado y presidente del PP, o Leire Pajín, reciente senadora que cobra, además de los 3.100 euros de ese cargo, otros 5.500 por su labor en el partido, y el ochenta por ciento del sueldo que cobraba como Secretaria de Estado de Cooperación, unos 103.000 euros anuales.

Con todo, sería sencillo deducir que las batallas entre políticos están más destinadas a alcanzar esas cotas de poder que les permiten cobrar descomunales sueldos y colocar a sus adeptos en los cargos más lucrativos que en defender el interés común. En cualquier caso, los sueldos deben ser demasiado bajos porque únicamente el 33 por ciento de los diputados se dedican exclusivamente a su labor en el Congreso, el resto tiene más ingresos por actividades que compatibilizan con la de miembro de la cámara baja, incluyendo algunas lucrativas participaciones en medios de comunicación.

El congreso se puede considera la cúspide de los privilegios de la política nacional, pero no es la única. Presidentes de comunidades autónomas y de instituciones importantes dilapidan salarios, dietas y gastos de representación y de imagen hasta límites insospechados. Los europarlamentarios españoles, que pueden realizar dispendios aún mayores con sus gastos asignados, vieron doblado su sueldo el pasado año hasta los 7600 euros mensuales. Antes cobraban igual que sus homólogos nacionales de cada uno de los países, pero en el año de la crisis, el parlamento europeo en un derroche de austeridad decidió igualarles el salario a todos.

La descabellada escalada de salarios no es exclusiva de altos cargos y de grandes ayuntamientos (por ejemplo el alcalde de Barcelona cobra más de 170.000 euros al año), y de este modo hasta el ayuntamiento más diminuto puede tener a su cabeza un desvergonzado que se pone un sueldo absolutamente desproporcionado, y así en este país hay alcaldes que cobran cerca de 4000 euros al mes por dirigir un municipio de apenas mil habitantes. Este tipo de casos proliferan y se alimentan a la sombra de los ingentes ingresos que ha proporcionado la explosión urbanística y la recalificación de terrenos. Junto a ello se han multiplicado los salarios de los alcaldes y ediles, así como el número de estos que se emplean con dedicación exclusiva en el cargo, es decir que hacen de la política su profesión y medio de vida, en muchos casos sin conocerse exactamente sus funciones o el trabajo que desarrollan. Por si fuera poco, bajo el gobierno de Zapatero se aprobó en 2006 una ley que permitía cobrar el paro a todo este tipo de cargos con dedicación exclusiva, como si hubieran sido contratados para ello, en el caso de perder sus poltronas, incluso si el motivo es, por ejemplo, la separación del cargo por corrupción. Un paso más en la profesionalización de una actividad que debiera estar marcada por la vocación de servicio público.

Así, mientras el gobierno socialista garantiza a los políticos continuar chupando de la teta del estado aún después de abandonar el cargo, también le hace el trabajo sucio al PP, para cuando llegue al poder, y además de subir los injustos impuestos indirectos, como es el caso del IVA, que penalizan a todo el mundo por igual sin tener en cuenta sus ingresos, ya pretende que los españoles nos jubilemos a los 67 años, y teniendo que cotizar 35 años, los quince últimos con la máxima cotización, para poder jubilarse cobrando los poco más de 32.000 euros de pensión máxima, los diputados y senadores pueden cobrar esa cifra con tan sólo siete años en su cargo.

Por si fuera poco, muchos de esos políticos tienen acceso a tarjetas visa con cargo a las instituciones, gastos telefónicos pagados, coches para su uso personal (como ejemplo más indicativo sirva que el Audi A-8 blindado que utiliza el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón y que cuesta a los contribuyentes 150.000 euros por cada uno de los cuatro años que dura el contrato de arrendamiento y mantenimiento del vehículo)… Pero por si aún no fuera suficiente, el chollo de ser político en este país se redondea con los regalos, comilonas y demás prebendas que les confiere el poder de sus cargos.

En este sentido es habitual, y los tribunales y algunas cárceles están llenos de ejemplos, de lo sencillo que es enriquecerse con comisiones y “detalles” de aquellos a quien pueden favorecer con la capacidad de decisión que les confiere su cargo. Ahí entra en juego una nueva pata de la estructura sobre la que se asienta el capitalismo: las empresas y empresarios. Aquí la situación también es significativa. Para que un político reciba una dádiva, con oscuras intenciones o sin ellas, es necesario que alguien se la de. Después la puede aceptar o no.

De nuevo, como en el caso de los políticos y de cualquier grupo, no se puede meter a todos los empresarios en el mismo saco. El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), que como ellos mismos aseveran en su página WEB, es la institución representativa de los empresarios españoles es Gerardo Díaz Ferrán. Los empresarios de este país le eligieron democráticamente para representarles y ser la cabeza visible de todos ellos, pero no deja de ser inquietante que Díaz Ferrán como empresario haya estado al frente de Air Comet. Una compañía aérea que quebró el pasado mes de diciembre dejando colgados a sus 640 trabajadores, a los que en algunos casos debía hasta seis meses de nóminas, y a un montón de usuarios, la mayoría inmigrantes sudamericanos, que con mucho esfuerzo habían reunido el dinero para poder comprar los billetes.

Entre posibilidades de estafa por continuar vendiendo billetes una vez finalizada la actividad de la compañía, lo innegable es que Díaz Ferrán dirigió una compañía que acabó en quiebra y debiendo unas cuantas mensualidades a sus trabajadores. Quien halla volado en esta compañía, además de conocer la rácana austeridad que la presidía, llegando incluso a cobrar 3 euros por el alquiler de los auriculares y ofertando escaso material audiovisual gratuito para el ocio y siendo el resto de pago, sabrá que la quiebra no ha podido ser provocada por la falta de viajeros y que incluso el overbooking no era demasiado extraño en sus vuelos, así que no fue la falta de pasajeros la que provocó su cierre. El propio interesado llegó a afirmar que ni él mismo volaría en su compañía con todo lo que sucedía a su alrededor.

Durante la crisis de Air Comet, Díaz Ferrán era consejero de Caja Madrid (otro de los cargos donde se apoltronan los políticos para redondear sus exiguos salarios, ya que las cajas de ahorros tienen representación de diversas instituciones políticas de las provincias donde tienen sus sedes sociales y reparten una media de 15.000 euros al año (las grandes pagan más, y las pequeñas menos) a quienes ocupan los puestos únicamente por asistir a las reuniones a las que se les convoque). La entidad bancaria acabó por abrirle un expediente por impago de un crédito de 26,5 millones de euros que había obtenido para inyectar liquidez a sus negocios. Ahora el empresario ya no figura entre los consejeros de Caja Madrid. El conjunto de todo ello confecciona una extraña tarjeta de presentación para alguien que representa y preside a muchos empresarios españoles. En cualquier caso quienes le eligieron “cerraron filas” en torno a Díaz Ferrán ratificándole en su cargo y considerándole representativo de todos ellos a pesar de lo sucedido.

Así en esta época de crisis, palabra que también llena la boca de los empresarios, el mismo que adeuda un montón de mensualidades a los extrabajadores de Air Comet es el encargado de negociar las medidas para atajar la situación. Para ello pide, como siempre han pedido los empresarios, moderación salarial y flexibilizar el despido con indemnizaciones aún menores que las actuales, que por cierto han sido recortadas constantemente en los últimos años. Eso sí, como los políticos, ninguna referencia a reducir sus beneficios. Tal vez legítimos, pero al fin y al cabo beneficios, y si hay que “arrimar el hombro”, como dicen, lo tendremos que arrimar todos, no siempre los mismos.

También cabe la posibilidad de que no quieran reducir sus beneficios porque parte de ellos se destinen a agasajar a la casta política, a través de trajes y similares y de comisiones y prebendas que en muchos casos se utilizan para financiar a los propios partidos políticos y a enriquecer a los ediles implicados. En este sentido tribunales y cárceles están llenos de ejemplos. Entre los logros de los dos gobiernos de Aznar; además de lograr involucrar a nuestro país en el genocidio del pueblo iraquí, sin la legitimación internacional y en contra de la opinión de los españoles, aunque con el respaldo de sus acólitos populares que traicionaron la voluntad de sus votantes, a pesar de lo cual muchos de ellos vuelven a ocupar sus escaños; también logró multiplicar los beneficios de las constructoras. La construcción siempre había sido una actividad rentables para empresas y ayuntamientos, pero con el caldo de cultivo “aznariano” proliferaron las grandes urbanizaciones, el pelotazo del ladrillo, el boom de la construcción. Después se vio que todo era un fiasco, la llamada burbuja inmobiliaria, y la geografía española se plagó de cadáveres de construcciones inacabadas. Por el medio, oscuras concesiones de licencias, comisiones inconfesables, financiaciones ilegales y enriquecimientos ilícitos. Después quedaron constructoras arruinadas, otras no tanto, mucho paro en el sector y cientos de ciudadanos de a pie sin un duro en el bolsillo porque habían entregado su dinero para un inmueble que jamás llegaron a tener, y lo más sangrante es que en muchos casos aquellos que recibieron el dinero continúan paseándose por la calle con su mercedes y disfrutando sus chalets de alto standing. También aquí la crisis tuvo efectos diferentes según en quien, del mismo modo que Díaz Ferrán continúa con sus lujos y privilegios mientras sus extrabajadores de Air Comet pasan situaciones económicas apuradas, de igual modo que los clientes de la compañía que se vieron afectados por la quiebra.

Como en el caso de la compañía aérea, parte de la culpa de lo sucedido se achaca a la falta de liquidez y financiación. Es aquí donde entra en juego otra de las patas que componen el sistema capitalista y la crisis que nos atenaza: el capital. Las entidades financieras, esas que pagan millonarias pensiones a sus ejecutivos (el BBVA pagará a su presidente casi 80 millones de euros cuando se jubile y a su consejero delegado casi sesenta cuando lo hizo el año pasado), esas mismas que nos cobran desproporcionadas comisiones cuando realizamos una donación para los afectados del terremoto de Haití, e incluso cuando queremos disponer de nuestro propio dinero, pues bien, esas entidades y sus extrañas maniobras lograron amasar unas pérdidas de miles de millones de euros, así que necesitaron potentes inyecciones de dinero público para tapar sus agujeros y evitar el caos del sistema financiero internacional.

El proceso lo que ha hecho simplemente ha sido socializar, es decir hacer de todos los ciudadanos a través de las administraciones, unas pérdidas que habían sido provocadas por las actuaciones de los propios ejecutivos que se repartían sustanciales cantidades por un trabajo no demasiado efectivo a juzgar por los resultados, a pesar de que algunos de ellos eran gurús idolatrados por el capitalismo. Evidentemente todas estas entidades jamás reparten sus beneficios, cuando los tienen, entre todos aquellos a los que han implicado en sus pérdidas, pero incluso de eso siguen recaudando los políticos a través de su participación en los consejos de administración de las cajas de ahorros.

En España dicen que el agujero bancario no fue tan grande, pero muchas entidades recibieron fondos públicos, en total 19.000 millones de euros. Ellos también hablan de crisis, y por eso, aducen, que ya no conceden tantos créditos y que es más difícil acceder a ellos. Parece coherente para no caer de nuevo en los mismos despilfarros, pero ahora bien, ¿a quien afecta ese mayor control? Parece que no, por ejemplo, a Díaz Ferrán que amplió sus créditos con Caja Madrid durante los últimos cinco años y sin apenas avales. Así pues la crisis tampoco aquí afecta a todos por igual, y menos a los directivos de los bancos que siguen cobrando sueldos millonarios gracias a la aportación pública y no por los resultados de su gestión. Tampoco sabemos si esa dureza crediticia afectará a los partidos políticos que en diferentes ocasiones han visto incluso condonada su deuda con algunas entidades bancarias, aunque no se sabe cual era el contenido del inconfesable cambio.

El siglo XXI ha incrementado aún más la globalización del planeta. También la crisis se ha globalizado, y ahora afecta a todo el mundo, pero como siempre a unos más que a otros. Los países pobres serán cada vez más pobres, y los ricos, aún más ricos; y dentro de cada país, los pobres se empobrecerán más, y los ricos se enriquecerán más todo ello gracias a las multinacionales que explotan materias primas y mano de obra, a los bancos, que también participan en esas empresas y sangran a su modo a los ciudadanos y a los políticos que con su actuación sólo alientan los beneficios de multinacionales y bancos con su actitud porque lo único que pretenden es acabar cobrando de unas y otros, como demuestran continuamente.

Extrapolando y centrando el axioma en el panorama español, parece quedar claro que mientras la crisis parece afectar más al sistema, los políticos, que en muchos casos acceden a sus cargos sin demostrar su capacidad para ello, legislan aún más en su propio provecho y en el de sus amigos y forman un estamento cerrado, al que hace referencia Daniel Montero en el título de su libro. En total, entre concejales, diputados provinciales, autonómicos, nacionales y supranacionales hay cerca de 80.000 personas que se dedican al negocio de la política, lo que supone un gasto de 720 millones de euros anuales. Además de los abultado sueldos que se embolsan quienes se dedican a la actividad política

Desde su privilegiada situación alimentan y ayudan a empresas y bancos que de ese modo tapan sus agujeros o incrementan sus beneficios porque los miembros de la Casta saben que de ese modo se garantizas ingresos extra o empleos muy bien remunerados (no en vano muchos políticos ocupan cargos importantes y extraordinariamente pagados en entidades bancarias y otras empresas privadas. El libro de Montero está plagado de datos al respecto, por ejemplo, el retiro político de Eduardo Zaplana en telefónica con un millonario salario, el de Rodrigo Rato en Caja Madrid o el de Narcis Serra en Caixa Catalunya). Así pues esas tres facciones del sistema capitalista que nos hablan de “crisis” y de “arrimar el hombro”, políticos, empresarios y banqueros no tienen ni idea de lo que significan ambos términos ni están dispuestos a aprenderlo. El resto de los mortales, los curritos de a pie, el grueso de los que componen la cuarta pata del capitalismo, la fuerza del trabajo, están tan acostumbrados a la crisis que llevan prácticamente toda su vida sumergidos en ella y haciendo auténticos equilibrios para llegar a fin de mes, y es precisamente a ellos a quien más afecta.

Los intentos de los políticos por lavar su imagen y los resultados de la escasa legislación al respecto son indefinibles. Se han introducido normativas para que los políticos declaren su patrimonio con el fin de evitar la utilización del cargo que ocupan para enriquecerse. Algunos declaran posesiones patrimoniales importantes, pero otros, como por ejemplo el presidente de la generalitat valenciana desde 2003, Francisco Camps, quien cobra un sueldo cercano a 80.000 euros, además de sus otros privilegios y prebendas, asegura tener una cuenta bancaria con 900 euros, otra compartida con apenas 1.400, un coche matriculado en 1995 con 1.500 euros de valor y un inmueble con un valor catastral de 110.000 euros. Pobrecito, si es que no le llega ni para trajes, así que no es descabellado pensar que de tanta lástima que alguien se los quiera regalar.

Si Camps no pretende insultar nuestra inteligencia, y los datos que ha facilitado son ciertos, cabría preguntarse si este abogado de 47 años, concejal de urbanismo en el Ayuntamiento de Valencia en 1991, diputado regional en 1996, consejero de cultura valenciano un año después, y tres más tarde secretario de Estado de Administraciones Territoriales en el gobierno Aznar es la persona más adecuada para estar a la cabeza de la gestión de los 14.286 millones de euros de presupuesto con los que contaba la institución en 2009. Si en la gestión de su patrimonio personal parece ser tan manirroto que apenas tiene para sobrevivir, que no hará con unos dineros que no son suyos, y por lo tanto menos doloroso derrocharlos.

La mayoría de estos despropósitos son posibles porque los propios políticos son quienes legislan las leyes que les regulan. Todos tendríamos unos sueldos descomunales si fuéramos los encargados de decidir lo que cobramos. En este sentido resulta sorprendente la desfachatez de algunos ministros al criticar, por ejemplo, lo mucho que cobran los controladores aéreos. Sin duda la cifra es muy elevada, pero dudo mucho que ellos hayan tenido el poder de decidir cual es y han tenido que luchar para ello. Lo que es seguro es que únicamente cobran cuando trabajan, no como los políticos que no tienen que justificar asistencia ni fichar para llevarse el dinero a casa, y, lo que es más sangrante aún, no han tenido que formarse, ni estudiar, ni demostrar sus capacidades para ocupar unos cargos que en demasiadas ocasiones les quedan grandes y son elegidos a dedo.

En el resto de los países las andanzas de los políticos no son más halagüeñas y se reproducen situaciones similares a las de España. Lejos de ser un consuelo, lo que parece es reivindicar la calaña de los políticos, auténticos especialistas en no pedir nada a la energía suprema, únicamente que les ponga donde haya. Del resto se encargan ellos. El problema es que no es un ser superior quien les pone allí, sino nuestros votos, y es ahí donde surge la crisis de conciencia, la otra ya te afecta prácticamente desde que naces. ¿Por qué tengo que votar a una persona, a quien elige el partido en vez de yo, y que una vez en el cargo se preocupa más por sus intereses y los del propio partido que le acoge que en los intereses generales? No hay ningún motivo para hacerlo, así que la verdadera crisis de un exvotante es tener que soportar a los políticos y sus estrategias destinadas a perpetuar sus privilegios, y la única manera de tratar de evitarlo es no votarles hasta que demuestren su honestidad permitiendo que los electores decidan que se merecen su voto, y para ello son necesarias las listas abiertas donde realmente rindan cuentas de su trabajo y pueda eludirse la creación de esa Casta impune y descarada, perpetuada y cerrada por los partidos, que se pega la gran vida a cuenta del sufrido contribuyente.

Evidentemente, como en todos los grupos, profesiones o sectores, no se puede meter a todos ellos en el mismo saco, pero mientras no demuestren lo contrario dejando que sean los votantes quienes les elijan a través de listas abiertas, y parafraseando al genial y polifacético cantautor, que también fuera diputado entre los años 2000 y 2008, José Antonio Labordeta, hago extensivo su deseo, expresado en el congreso y en el ejercicio de sus funciones a un grupo de diputados del PP, a todos los políticos deshonestos e insolidarios de este país: “…A la mierda…”.