Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

lunes, 2 de agosto de 2021

Imagina

En este mundo absorbido por las tecnologías y las pantallas es más que necesario poner en marcha de vez en cuando la imaginación, aquella que, cuando éramos niños, nos ayudaba a creer que nuestra vida, o cualquier momento puntual no demasiado deseado en ella, podía ser mejor, porque soñábamos como podía llegar a ser, nos imaginábamos fantasiosamente cómo construiriamos nuestra felicidad, sin grandilocuentes pretensiones, tal vez simplemente inventando la imaginería del siguiente juego que pondríamos en práctica. 

Después, la edad, el adiestramiento cultural, o tal vez la evolución tecnológica y técnica de los juguetes, nos fue acomodando a una realidad mucho más alejada de la imaginación, y cada vez quedaba menos espacio para ella porque todo nos venía dado, pero no sólo en los asuntos lúdicos, sino en temas más trascendentes, lo que resulta más peligroso. Comenzamos sustituyendo la imaginación para juegos y juguetes por la comodidad de comprar sustitutos tal vez más perfectos, bonitos y mejores, pero sin duda menos participativos en tu creatividad, parte esencial en tu formación como ser humano. 

 Del mismo modo esa comodidad qué arrinconó nuestra imaginación, hizo lo propio con nuestra capacidad de análisis y reflexión. ¿Para que vamos a crear juegos y juguetes si el sistema nos proporciona tantos como queremos con la simple comodidad de comprarlos?. ¿Para que vamos a analizar y reflexionar si el sistema nos proporciona tantas reflexiones y análisis como jamás seremos capaces de llegar a concluir por nosotros mismos solo con la simplicidad de elegir los que queremos hacer nuestro entre aquellos que tan amablemente nos proporcionan nuestros dispositivos móviles y medios de difusión, cuando no el propio sistema educativo, como no, siempre avaladas por expertos? 

Llegados a este punto de la historia creo que nos convendría abandonar por un instante el rutilante ritmo de vida que nos hemos impuesto, y os invito a qué utilicéis aquella asombrosa imaginación qué tan buenos momentos nos proporcionó cuando niños, o tal vez siempre, aunque no lo sepamos apreciar. También sería conveniente realizar algunos análisis y reflexiones, pero demos prioridad a la imaginación, pero no a la que de lugar a un mundo idílico como el que reflejaba John Lennon en su canción, si no justo lo contrario. 

Imagina que eres un guionista de moda en la afamada industria cinematográfica hollywoodiense y te piden elaborar un guión en el que unos desalmados quieren dominar y acabar con la humanidad, vamos como vienen haciendo desde hace siglos los eugenistas, y ahora lo pretenden hacer con el dulcificado término de desarrollo sostenible cuando solo se trata de acabar con la mitad de la población mundial, esta vez de una manera silenciosa, casi sin que se dé cuenta, y sin grandes guerras, ni destrucciones, pues se estropearían cosas que quieren apropiarse e incluso se podrían poner en riesgo sus propias vidas. 

Cierto es que durante los últimos años proliferan series y películas con esas temáticas pero ahora vamos a tratar de elaborar un guión qué incorpore ciertos acontecimientos, solo para darle más verosimilitud. La hoja de ruta, cómo les gusta decir en esta ingeniería social y lingüística con la que construyen nuestra realidad, debe incluir avances tecnológicos y de todo tipo, pues obviamente se trata de una obra de ciencia ficción. Adelante pues tu excelsa imaginación. Solo un par de datos por si pueden ayudarte a espolearla. 

La investigación genética permite la modificación celular a partir de fragmentos de ARN, mientras que los avances en el mundo de los nanomateriales reveló el descubrimiento del grafeno con una estructura estable en 2004, lo que proporcionaría la oportunidad de estudiar sus gigantescas posibilidades concediendo a los descubridores de estas, -entre otras ser 200 veces más fuerte que el acero, muy flexible, magnético, conductor, ligero,...- el Premio Nobel de Física en 2010. 

A partir de ahí todo es posible. Tú pon el guión, que el dinero ya hará el resto si deciden financiar tu película. 

Pongamos, cómo nos vienen advirtiendo desde hace mucho tiempo, qué un virus maligno amenaza con acabar con la humanidad con una pandemia descomunal y elevadamente contagiosa. Obviamente el planeta entero toma medidas para evitar la propagación de tan apocalíptico mal, coordinado por las autoridades sanitarias mundiales y acatado por la mayoría de gobiernos sin chistar y proclamando la prioritaria protección de las vidas de sus ciudadanos, esos por los que los políticos nos se han preocupado jamás, por lo que se proponen todo tipo de medidas para evitar contagios y todo el esfuerzo investigativo se dedica a buscar soluciones farmacológicas para encontrar su sanación. Ten en cuenta que tú eres el guionista, el Todopoderoso Dios qué puede escribir todo lo que va a suceder, al fin y al cabo es una película. 

Imagina que con tu omnisciente poder pones a investigar diferentes grupos de trabajo sobre las maravillas del grafeno, pero como hacen siempre, que cada grupo no conozca lo que hace el resto y solo los de más arriba conozcan todo el proyecto en su globalidad y las interconexiones que podría llegar a tener. Lo mismo haces con las capacidades y conocimientos de modificación celular a través de nanoparticulas de ARN. Luego a lo largo del tiempo vas dejando gotear diferentes bondades sobre el grafeno desveladas por las investigaciones, aunque sin revelar su alcance total, solo lo necesario, cómo hacen siempre. Con la tecnología de ARN haces lo propio, y además vas Insertando todo eso en la memoria colectiva a través de su normalización en series, películas, y todo tipo de información bombardeada por los medios de difusión, en lo que se conoce como programación predictiva, con la cual programan cómo será nuestra realidad a través de manipulaciones psicológicas, cómo explica maravillosamente la genial filologa, lingüista y escritora catalana Carme J. Huertas

Tenemos todos los datos pero solo hemos vendido las maravillosas aplicaciones de grafeno y ARN. Nos guardamos el resto. Ahora vamos con el virus que nos va a atacar, que forma parte de la gran mentira urdida desde los tiempos de Louis Pasteur, puesto que jamás se ha aislado uno de esos supuestos patógenos que dicen que causan las enfermedades, y más bien son exosomas, partículas que expulsan las células como consecuencia de una errónea reproducción celular provocada por algún agente externo tóxico. Es decir en la falsa teoría de los virus estos son unos supuestos bichitos, muy extraños eso sí por qué ni se alimentan, ni defecan, ni respiran, ni tienen modo de procrear, pero que te contagian la supuesta enfermedad y proliferan alegremente sin mayor esfuerzo, mientras que en la teoría de los exosomas, idénticos en tamaño, composición y comportamiento a los virus, estos son desechos celulares consecuencia de una errónea mitosis por cualquier motivo, es decir no son la causa de la enfermedad sino su consecuencia. 

Los múltiples estudios de los efectos de compuestos del grafeno en el cuerpo humano nos revelan que producen todos los síntomas con los que se describe el llamado covid-19. También el ARN mensajero puede replicar alguno de esos síntomas, pero mezclados ambos el cóctel puede ser explosivo. Ya tenemos inventado el destructivo virus, pues serán las consecuencias que provoquen el grafeno y el ARN. -Recuerda los exosomas son la consecuencia no la causa-, ahora solo falta extenderlo y crear el pánico. Con las bondades de todo tipo sobre el grafeno ha sido muy sencillo introducirlo en todo tipo de productos cotidianos que se venden en el mercado, así pues prolifera por doquier, con lo qué es muy facil su afectación al cuerpo humano, hecho que por cierto se multiplica exponencialmente si se excita a través de ondas electromagnéticas, como por ejemplo las qué se pueden modular a conveniencia con el 5g. 

Para poner las cosas más interesantes vamos preparando el terreno para la explosión de la pandemia introduciendo grafeno en las vacunas de la gripe previas al 2020, a la par de fumigalo con los demás elementos de la geoingeniería climática distribuidos desde hace años por aviones militares y comerciales. Ya tenemos todo el escenario planteado, y lo reforzamos a través de una serie de medidas recomendadas, protocolizadas e impuestas, y por supuesto incrustadas en nuestra mente. Creado el virus, es decir, los efectos del grafeno en combinación con determinadas ondas electromagnéticas ejecutables por el 5g y otras técnicas, ahora solo hay que expandirlo y crear el pánico adecuado. Pronto comienzan los contagios y los medios de difusión dan amplio eco de ello. La OMS, alarmada, y tomada por los altruistas millonarios. declara una pandemia, concepto que por cierto modificaron en 2009 para que fuera mucho más sencillo llegar a considerarse como tal, es decir no te exigían tan altos porcentajes de contagio y mortalidad. Los estados comienzan a adoptar medidas draconianas y a confinar a la gente a la espera de una vacuna salvadora, para la que se suelen necesitar lustros, pero que apenas se aprueban en unos meses porque todo estaba perfectamente planificado. 

Comienza la puesta en marcha de la farsa, que ya se había ensayado previamente. Sabemos dónde va a atacar el virus y a quién va a afectar especialmente. Sin duda será aquellos más afectados por el grafeno, especialmente los vacunados previamente con esa sustancia, y en aquellos lugares donde sea más relevante la exposición a radiaciones 5g. Todo funciona a la perfección. La programación predictiva anida en la mente global y los medios de difusión se encargan de sembrar el pánico en una población encerrada en sus pisos y casas, obligada a usar bozales-mascarillas y estigmatizada con rituales normalizadores y aglutinadores, cómo aplaudir a determinada hora o cantar, o humillantes y atemorizantes, cómo tomar la temperatura en la cabeza como si te apuntaran con un arma de fuego, o buscar muestras de tan contagioso y presente virus en lo más hondo de tu cavidad nasal y de forma dolorosa, o tantas otras barbaridades como se te ocurran, porque las han hecho todas. 

Después llegaron las vacunas salvadoras, sospechosamente rápido y casi a la vez en diferentes farmacéuticas. La trama está servida, el virus inventado y el silencioso exterminio de la humanidad en marcha. 

Sí, imaginativo lector, sí, nos estan exterminando, aunque te parezca un creativo ejercicio de imaginación. El grupo de investigadores que configura la quinta columna ha encargado un estudio cuyo informe preliminar delata la presencia de óxido de grafeno en el experimento biológico, mal llamado vacuna, de Pfizer. Las sospechas comenzaron por el magnetismo que presentaban algunos vacunados, y se ha confirmado la presencia del mismo producto en viales de otras farmacéuticas, lo que se ha corroborado en diferentes países del mundo. 

Sí, imaginativo lector, sí, nos están envenenando con derivados del grafeno que no solo nos inyectan, sino que nos los introducen por la nariz con los famosos test PCR, tan inútiles para detectar el presunto virus cómo eficaces para colocar el óxido de grafeno cerca de la barrera hematoencefálica. 

Sí, imaginativo lector, sí, nos intoxican por todos los medios a su alcance y el grafeno está presente en la geoingeniería fumigada por los aviones y prácticamente en todos y cada uno de los productos que nos rodean envueltos de alta tecnología con base en ese mágico material. El grafeno, sus efectos tóxicos en el cuerpo humano, son, junto a ondas electromagnéticas y ARN mensajero, el virus asesino de esta pandemia organizada. Ya tienes el guión de esta terrorífica película cuyo espeluznante y verdadero alcance encierra el control mental y de la voluntad del que no habla el multimillonario Elon Mask en su famoso y admirado Neuralink. Todo está relacionado y forma parte de la misma trama. 

Ahora quizás es el momento de analizar y reflexionar un poco, tan solo un poco. Hasta qué punto crees posible que haya por ahí contagiando un pequeño bicho que ni come, ni defeca, ni respira, ni se reproduce, pero que prolifera infinitamente, eso sí, limitando su presencia a determinadas horas y lugares. Al parecer sale más por la noche y acude más celebraciones familiares o de ocio, pues en hacinados transportes públicos o a trabajar no se le ocurre acudir. En el respetable parecer de que creas la existencia de ese virus, que nadie ha sido capaz de aislar, hasta qué punto crees posible qué una mascarilla vaya a evitar su contagio. ¿Crees que ese virus tan minúsculo que buscan en el fondo de tu nariz no va a atravesar cualquier obstáculo que sea capaz de cruzar el aire que respiras? 

Aún en el supuesto de que creas todo eso, simplemente analiza alguno de los datos con los que nos meten tanto miedo ver de los aterradores medios de difusión tan mentirosos como peligrosos. Solo cojamos de uno de los datos de la sarta de manipulación con la que nos psicotizan. Todos los medios escupen repetitivamente, día tras día, hora tras hora, programa tras programa, la incidencia del supuesta virus por cada 100.000 habitantes. Resulta que los indicadores han normalizado que un riesgo alto sea cuando superan los 150 casos, y un riesgo extremo cuando supera los 250, pero si analizar la escala es cada 100.000 habitantes. Para traducirlo a una cifra qué tal vez te pueda dar una mayor idea de la incidencia real, la equivalencia en porcentajes sería del 0,15 y del 0,25 respectivamente. Vamos que hemos paralizado al planeta y hundido la economía por un supuesto virus que en este país en su máximo apogeo afectó a 0,9 de cada 100 españoles. Simplemente comprueba a qué porcentaje de españoles afecta el cáncer o cualquier otra enfermedad grave y a cuántos afecta la pobreza. ¿De veras que justifica toda esta farsa? 

Sí, analítico y reflexivo lector, sí, estamos protagonizando en vivo y en directo la mayor masacre de la historia de la humanidad organizada por los poderes fácticos ocultos en la sombra y amparada por nuestros corruptos gobiernos, ineptos políticos y vendidos profesionales de todo tipo. 

Tal vez te parezca paranoico. Ojalá todo se arreglara decretando la locura del creciente número de humanos que pensamos así. 

 Más pronto que tarde la historia juzgará a los culpables de este masivo genocidio y aniquilación de la humanidad tal y como la conocemos con sus libertades y potenciales. 

El silencio es complicidad, y la ignorancia no puede justificar la pasividad, pues a pesar de que la censura es inmensa, afortunadamente aún hay modos de acceder a la información verdadera, pero eso no puede ser desde la comodidad en la que nos hipnotizan, requiere tu participación activa. 

De momento apaga la tele, busca información alternativa, analiza y reflexiona. El poder está en ti. Imagina un mundo mejor y construyelo dentro de tus posibilidades. 

Reacciona, difunde, actúa,... por quienes quieres, por un futuro mejor para ellos. Venceremos.

2 comentarios:

  1. Imagino un mundo libre y feliz, sin dinero, sin fronteras, sin religiones, sin hambre y sin enfermedades.. Ese mundo existe en mi existir, pq NO pertenezco a esta sociedad y pq me curo con DIÓXIDO DE CLORO. FUERZA PARA TOD@S!! Gonzalo Yvars Bravo.

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    1. Me alegro por ti, ya somos dos y muchos más.

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