Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

martes, 10 de diciembre de 2013

Un probable origen del asco



El pasado mes de octubre el controvertido cantautor catalán, Albert Pla, vio cancelado  uno de sus conciertos que tenía programado en Gijón. La suspensión del evento se produjo a petición del grupo municipal popular por considerar que el cantante de Sabadell había  insultado a los gijoneses y a los españoles por unas declaraciones que había realizado a un periódico regional en las que afirmaba que siempre le había dado asco ser español.

   El asco, como casi todo, sino todo, lo que es capaz de sentir, percibir o interpretar el ser humano, es esencialmente subjetivo. Algunos se pirran por las comidas que sólo provocan nauseas en otros, que a su vez, en algunos casos ,visten con atuendos considerados espantosos por los de más allá, que del mismo modo, en ocasiones, son criticados por sus creencias religiosas que sin duda consideran  pecadores a quienes no siguen sus doctrinas… y así hasta el infinito continuaremos encontrándonos con discrepancias entre las interpretaciones y opiniones humanas, en cuyos extremos podremos encontrar el más entregado fervor o el más repulsivo asco.

   Ahora, tras dejar los salarios a niveles de hace más de diez años y cumplir los mandatos económicos de los mercados, la dominante mayoría absoluta del PP está desenterrando las más profundas peticiones de sus cavernas ideológicas, al rebufo de la retrograda ley Wert de Educación. Así el Ministerio del Interior, que demuestra su sensibilidad musical al empeñarse en el uso de concertinas en las vallas de Ceuta y Melilla, última su Ley de Protección de Seguridad Ciudadana. Ratificando la rastrera lógica política de nuestros democráticos partidos, ahora defienden lo que criticaron de la conocida como ley Corcuera hace doce años y cuya arbitrariedad en las actuaciones policiales fue declarada inconstitucional, lo que costó la dimisión del entonces ministro del interior burgalés. Las posturas contrarias del PP a la iniciativa las lideró el ahora flamante embajador español en Londres, Federico Trillo. Pero claro, entonces estaban en la oposición, y ahora son los principales culpables de las protestas sociales,  así que el objetivo que dicen pretender ahora “es castigar la violencia y proteger a los ciudadanos del vandalismo y de comportamientos incivicos”. Las criticadas normas, con las que se pretende sancionar administrativamente, y sin necesidad de mediación judicial, las actividades molestas para el gobierno que no sean consideradas delito en el nuevo código penal que están tramando, aún después de reducir su número y dureza, incluyen como sancionables proferir insultos o fotografiar a los cuerpos de seguridad del estado o "las ofensas o ultrajes a España, a las Comunidades Autónomas y Entidades Locales o a sus instituciones, símbolos, himnos o emblemas, efectuadas por cualquier medio, cuando no sean constitutivos de delito", que podrían ser castigados con hasta 30.000 euros.
De estar ya en vigor, el asco que le produce al cantautor Pla ser español, además de costarle  el ingreso por la gala no dada, se sumaría la correspondiente multa máxima con el que pretenderían reprimir la incomodidad de su discurso, y al fin y al cabo la libertad de expresión de todos, con nuestras subjetivos matices.
Tras la polémica Pla declaró que no era la primera vez que le suspendían un concierto y reiteró su innato asco por ser español. Quizás ese asco innato sea excesivo pero lo cierto es que las sucesivas actuaciones de nuestros gobernantes lacerando al pueblo, empobreciendo a sus bases en beneficio de la especulación, e incumpliendo el programa electoral con el que ganaron las elecciones y mintiendo constantemente de modo impune y descarado provoca nauseas incontenibles. El cuadro se puede agravar a asco generalizado cuando entre el hato de chulos prepotentes que hay al frente de nuestros ministerios hay quien afirma que los salarios suben y los impuestos bajan, como el ínclito Montoro. Tal desvergüenza le debería costar el cargo, pero cuando toda la cúpula del partido gobernante, incluido el presidente hiede a corrupción y podredumbre, no podemos esperar que se apeen de sus poltronas voluntariamente y mientras se envalentonan en su mayoría absoluta, la misma que les permite modificar a su gusto el código penal para juzgar como delincuentes a sus administrados si hicieran algo fuera de su agrado o poder sancionarles administrativamente en caso de no ser considerado delito. En ambos casos las reformas judiciales de Gallardón se han ocupado de poner tasas para minimizar la posibilidad de recursos.
Su nueva ley de Protección de Seguridad Ciudadana, como la de educación o la del aborto, que vuelven a sus retrógradas cavernas, solo pretenden defender a España y sus símbolos e instituciones como si fuera la grande y libre que les representó, pero ahora compartida en negocios especulativos con elementos internacionales de su misma calaña, pero diferentes nacionalidades, mientras se olvida de los españoles, les oprime y arrebata sus derechos y libertades.
   Esa defensa a ultranza de una España vendida a la especulación y a  los intereses económicos que oprime a los españoles es digna del más profundo asco, el mismo que pueden generar sus defensores y representantes, cuando en lugar de aceptar la toxicidad de sus actuaciones se dedican a reprimir y condenar las protestas que generan. Básicamente nuestros ineptos y aprovechados gobernantes y sus egoístas y retrógradas ideologías y comportamientos pueden provocar nauseabundas sensaciones y mucho asco.

3 comentarios:

  1. Yo no sabría cómo definir lo que siento por haber nacido en este país, pena, angustia, asco, tristeza, rabia, demasiados sentimientos encontrados. Lo que tengo claro y compartimos es que estamos retrocediendo a extremos históricos que, al paso que vamos, nos va a llevar más atrás del "abuelo". Espero no llegar a la época de Fernando 7 palitos, porque entonces ya, definitivamente, me nacionalizo en Swazilandia. Muy buen artículo, Javier, preciso como un bisturí.

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    1. Muchas gracias, Alicia. Lo peor de todo es que, como dicen, tienen mayoría absoluta.

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    2. ¡¡¡el gobierno es el reflejo de la sociedad..., tienen mayoría absoluta porqué les votamos; así de simple!!!

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