Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Modos de vida


Cuando la mayor preocupación social es tener trabajo, sin analizar las condiciones, estamos a un paso de regresar a una época en la que no había paro: la de la esclavitud. 

Nos han convertido en artificiales máquinas alejadas de la Naturaleza e integradas en su Sistema de producción que genera autómatas del trabajo, y del consumo, alejando cualquier atisbo de humanidad que nos permita reflexionar sobre nuestra verdadera esencia y lo gratificante de relacionarnos y compartir simplemente nuestro tiempo con otros seres y energías.Tus padres, que, mejor o peor, te ayudaron a crecer, tus hermanos, tus amigos, tu pareja, tus hijos,… tu mascota, todas las relaciones sociales no son trabajo y sin duda las echarías más de menos que a tu empleo si no estuvieran en tu vida. 

Entonces, ¿por qué obsesionarnos tanto con el trabajo?  Para ganar el dinero que nos permita vivir, nos reafirmamos satisfactoriamente. 
   Tal vez, pero antes vivían, y no hace tanto vivíamos, sin tanto bienestar material a nuestro alcance, pero con más contacto social, y eso que no teníamos teléfonos móviles… ni Internet, ni ordenadores, ni coches, ni… pero básicamente teníamos más tiempo, eso que ahora nos lo quita el trabajo o simplemente la preocupación de no tenerlo, de no poder pagar todo aquello que consideramos imprescindible en nuestras vidas a fuerza de acomodarnos en cuanto nos aporta. 
No se trata de ganar más, se trata de intentar gastar menos y de recuperar lo que el tiempo nos ha arrebatado abducido por el brillo del dinero, la comodidad y el consumo que necesariamente se han de sudar a través del trabajo: nuestras relaciones sociales, comenzando por las familiares. 
Todo empezó a generalizarse cuando un novedoso recién llegado comenzó a instalarse en nuestros hogares desplazando lentamente a la comunicación entre los miembros de la familia y convertirse en el centro de referencia y de creación de opinión, incluido el consumo.  

Sin duda le conoces, aunque se haya adelgazado, multiplicado, crecido y sofisticado  vertiginosamente, se trata de la televisión. A través de ella nos llegó y llega toda la información sobre la cultura y modos de vida dominantes que, impuestos o imitados, se acaban generalizando, pero para nada son los más naturales, saludables y adecuados para la humanidad. Más bien corresponden a unos intereses económicos establecidos que benefician a unos pocos, los mismos que pretenden esclavizarnos subrayando que lo importante es trabajar, sin dar la menor importancia a las condiciones en las que se desarrolle el trabajo. 

3 comentarios:

  1. Quieren que seamos -bien obligatoriamente voluntarios, bien voluntariamente obligados- un simple pedestal para la colosal estatua llamada Euro.
    Me cago en el padre del escultor.

    firmado con una grasienta huella dactilar: darío

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    1. Jajaajaj, . Necesitaría enviarte un archivo privado. Dime como

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    2. La mejor actitud es elegir. Yo no me siento identificado con tal energía... Javier, tú también contribuyes a eso puesto que expandes más de lo mismo... es una de las leyes universales....
      cuidado con lo que pensamos, decimos y, en definitiva, expandimos y creamos pk lo creemos...

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