Según la teoría del
caos el universo es un sistema físico, dinámico, con componentes relacionados
entre sí, con una evolución en el tiempo y que sigue un modelo matemático
casual. Dentro de las condiciones consideradas como iniciales de ese sistema,
un leve cambio puede provocar considerables variaciones en otro punto espacio
temporal del mismo sistema hasta el extremo de hacerlo irreconocible. Esto se
conoce como efecto mariposa y se expresa en frase como “el aleteo de unas alas
de mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo”.
Por otro lado el sabio refranero español, reforzando la enseñanza
bíblica de que se recoge lo que se siembra, advierte categórico quien siembra vientos
recoge tempestades. Combinando las previsiones de ambas máximas podemos
concluir que nuestras acciones pueden tener resultados más transcendentes, y
catastróficos, de lo imaginable. Esa transcendencia se multiplica cuanto a más
seres humanos afecta, de ahí que las decisiones políticas, las que regulan las
normas y comportamientos de grandes grupos sociales sean las que más graves
tsunamis pueden generar.
En este sentido los fanatismos ideológicos son el caldo de
cultivo de las peores aberraciones, y el gobierno de Rajoy ha escarbado en las
más retrógradas ideologías totalitarias para remodelar la educación, introducir
tasas judiciales desigualitarias y aprobar leyes mordaza, mientras que se
abraza a las reincidentes tendencias neoliberales para desmantelar el estado
con el fin de privatizar la mayoría de sus servicios y actuaciones en beneficio
de la especulación privada y en perjuicio de los propios servicios, y de los
ciudadanos y el bien común. Sus fanáticas actuaciones, ideológicas y económicas,
han provocado tal tsunami social que la pobreza se ha instalado en un tercio de
la sociedad española y ha arrasado con las esperanzas de una población con más
de cinco millones de parados mientras el grueso de los gastos se dedica a
financiar la deuda que sirve para rescatar ruinosas entidades bancarias y otros
turbios negocios y tramas que salpican a las élites políticas de este país.
Con los vientos que están sembrando, quien sabe que
tempestades recogerán, pero Rajoy y sus adláteres no deben olvidar que los
abusos extremistas y fanáticos generan reacciones tan radicales como las que
las originan. Tal vez deban recordar que por ejemplo ETA, cuyos muertos
desentierran a conveniencia y cuyo terrorismo ha reportado jugosos beneficios a
través de empresas de seguridad a algunos de los que lo critican, mientras
mantienen ocultas y enterradas en las cunetas muchas de las víctimas del
franquismo, surgió precisamente como reacción de una facción del
independentismo vasco a la dictadura de Franco. El régimen del ferrolano sembró
vientos que gestaron la tempestad etarra. Ahora el pontevedrés Rajoy aletea sus
alas de tal modo que quizás el choque contra la sede de su partido, o los
villancicos que le dedican se queden en una mera anécdota, y el tsunami
tempestad creado arrastre a todos los corruptos politicuchos que nos gobiernan.
Feliz navidad y renovador 2015.
Según la teoría del
caos el universo es un sistema físico, dinámico, con componentes relacionados
entre sí, con una evolución en el tiempo y que sigue un modelo matemático
casual. Dentro de las condiciones consideradas como iniciales de ese sistema,
un leve cambio puede provocar considerables variaciones en otro punto espacio
temporal del mismo sistema hasta el extremo de hacerlo irreconocible. Esto se
conoce como efecto mariposa y se expresa en frase como “el aleteo de unas alas
de mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo”.
Por otro lado el sabio refranero español, reforzando la enseñanza
bíblica de que se recoge lo que se siembra, advierte categórico quien siembra vientos
recoge tempestades. Combinando las previsiones de ambas máximas podemos
concluir que nuestras acciones pueden tener resultados más transcendentes, y
catastróficos, de lo imaginable. Esa transcendencia se multiplica cuanto a más
seres humanos afecta, de ahí que las decisiones políticas, las que regulan las
normas y comportamientos de grandes grupos sociales sean las que más graves
tsunamis pueden generar.
En este sentido los fanatismos ideológicos son el caldo de
cultivo de las peores aberraciones, y el gobierno de Rajoy ha escarbado en las
más retrógradas ideologías totalitarias para remodelar la educación, introducir
tasas judiciales desigualitarias y aprobar leyes mordaza, mientras que se
abraza a las reincidentes tendencias neoliberales para desmantelar el estado
con el fin de privatizar la mayoría de sus servicios y actuaciones en beneficio
de la especulación privada y en perjuicio de los propios servicios, y de los
ciudadanos y el bien común. Sus fanáticas actuaciones, ideológicas y económicas,
han provocado tal tsunami social que la pobreza se ha instalado en un tercio de
la sociedad española y ha arrasado con las esperanzas de una población con más
de cinco millones de parados mientras el grueso de los gastos se dedica a
financiar la deuda que sirve para rescatar ruinosas entidades bancarias y otros
turbios negocios y tramas que salpican a las élites políticas de este país.
Con los vientos que están sembrando, quien sabe que
tempestades recogerán, pero Rajoy y sus adláteres no deben olvidar que los
abusos extremistas y fanáticos generan reacciones tan radicales como las que
las originan. Tal vez deban recordar que por ejemplo ETA, cuyos muertos
desentierran a conveniencia y cuyo terrorismo ha reportado jugosos beneficios a
través de empresas de seguridad a algunos de los que lo critican, mientras
mantienen ocultas y enterradas en las cunetas muchas de las víctimas del
franquismo, surgió precisamente como reacción de una facción del
independentismo vasco a la dictadura de Franco. El régimen del ferrolano sembró
vientos que gestaron la tempestad etarra. Ahora el pontevedrés Rajoy aletea sus
alas de tal modo que quizás el choque contra la sede de su partido, o los
villancicos que le dedican se queden en una mera anécdota, y el tsunami
tempestad creado arrastre a todos los corruptos politicuchos que nos gobiernan.
Feliz navidad y renovador 2015.
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