En este país desde
1983 se han presentado al congreso 71 iniciativas legislativas populares,
algunas de las cuales no llegaron a recoger las 500.000 firmas necesarias para
ello y otras simplemente fueron rechazadas para su admisión a trámite o se
diluyeron entre la falta de apoyo de sus señorías, de tal modo que tan sólo una
relativa a la reclamación de deudas en las comunidades de vecinos. En cualquier
caso la regulación constitucional de esta figura excluye la posibilidad de
utilizarla en actuaciones relativas a principios fundamentales y libertades
públicas, lo que limita mucho la posibilidad de la participación ciudadana en
la iniciativa legislativa, aunque sin duda la principal traba a ello siguen
siendo los propios políticos, aunque por ejemplo durante la última
legislatura de Zapatero se trató de utilizar 21 veces para tratar de suplir la
atención de nuestros representantes a los temas de mayor preocupación ciudadana
como morosidad hipotecaria, desempleo o viviendas sociales. Todas ellas fueron
desestimadas. Durante el último año se han presentado cinco infructuosas
iniciativas, una de las últimas en rechazarse fue la relativa al recorte en las
prebendas y privilegios de los políticos que fue desestimada el pasado 12 de
junio por la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, por hacer
referencia a una materia que la propia Constitución reserva al propio Congreso.
Esa es la verdadera realidad de la democracia occidental, dan la vuelta a la
cultura india, y los intocables no son la casta más baja en cuanto a su
desarrapada posición social, sino a su baja catadura moral.. Por mucho que
pretendan legitimar el sistema con sus discursos sobre el valor del voto
ciudadano y las leyes fundamentales, todo el entramado es un gigantesco fraude
con políticos blindados en cargos, prebendas y privilegios y siempre a costa
del bien común que dicen defender. Podridos mentirosos.
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