Con demasiada frecuencia nos imponen una supuesta realidad, y ocultan esos pequeños detalles que marcan la diferencia.
viernes, 10 de octubre de 2014
Errores humanos
Ya está decidido. Nuestros gobernantes han encontrado que el
principal culpable de toda la situación de alarma sanitaria provocada por el
virus Ébola que invade últimamente este país hasta rozar la neurosis obsesiva y
saturar los medios de difusión de masas es, como casi siempre, un error humano.
Indefectiblemente cualquier actividad efectuada por humanos es susceptible de
sucumbir a sus errores y está expuesta a ellos. Eso es inevitable. Lo
preocupante es que siempre sean los demás los que cometen los errores. El
grueso de las huestes populares y sus hordas mediáticas han decidido que el
error humano culpable de la descontrolada situación proviene de la auxiliar de
enfermería, Teresa Romero, precisamente la principal víctima de toda la
catástrofe hasta el momento.
El principal adalid de la obtusa acusación es el consejero
de sanidad de la comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, quien no duda en
cuestionar la profesionalidad de la auxiliar e incluso su inteligencia,
afirmando que ocultó datos, que unas personas necesitan más formación que otras
y que, en cualquier caso, para ponerse o quitarse un traje no hace falta un master.
Aunque algunos miembros del PP han denostado claramente el discurso de Rodríguez,
la posición oficial y difundida a través de sus voceros mediáticos no dista
mucho de los contenidos amparados por el consejero madrileño, y convertidos en
norma general para encontrar culpables externos y errores humanos ajenos en
todos los contratiempos sufridos por los gobiernos populares. Concretamente en
el caso que nos ocupa, Teresa Romero no hubiera cometido el error de
contagiarse con un virus que llegó a España financiado por un gobierno cuyas
propagandísticas ansias humanitarias provocaron la repatriación de misioneros
sanitarios españoles contagiados por el virus Ébola en África. Sin entrar a
valorar el noble gesto, quizás efectuado para satisfacer a la misma religión a
la que afrentaría con la supresión de la gallarda reforma del aborto porque otros
españoles en peligro de muerte no son socorridos y otros afectados por el Ébola
no son repatriados si no son españoles, constituye un despropósito más dentro
de la retahíla de ellos con los que nos gobiernan. Cuando menos, fue un
garrafal error humano trasladar a un país que está desmantelando y precarizando
la sanidad pública y a sus profesionales
con el fin de desprestigiarla para potenciar su privatización a enfermos
contagiados por una enfermedad peligrosa para ser cuidados por unos
trabajadores no preparados para ello y sin darles la formación ni los medios
adecuados. Otro más de los descomunales errores que cometidos por los
gobernantes populares y que intentan ocultar bajo la búsqueda de culpables individualizados
a quienes achacan errores humanos para eximirse a si mismos de
responsabilidades.
En el fondo tal vez tengan razón, al fin y al cabo quienes
legislan y gobiernan empobreciendo al pueblo, incumpliendo la ley de
dependencia, recortando sanidad y educación así como las prestaciones y ayudas
a los parados y más desfavorecidos, mientras permite los desahucios y rescata a
las entidades bancarias que los amparan y enriquece a las grandes empresas
legislando para fomentar sus beneficios y favorecer condiciones laborales de
miseria no pueden cometer errores humanos porque sencillamente son inhumanos, como quienes les amparan y permiten su poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario